BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
José Fontenla Leal
lamentable falta de unidad en la ortografía y en la fonética del mismo. [...] Era menester, pues, para salir de semejante situación un esfuerzo supremo y este esfuerzo debía encaminarse a establecer ó crear con el concurso de todos los elementos literarios de Galicia, una autoridad soberana en asuntos lingüísticos y someterse a sus decisiones. [...] Se pensó entonces en la Academia Gallega. No era nuevo el pensamiento. Mucho antes de ahora lo había desarrollado El
Heraldo Gallego de Orense y lo aceptaron como bueno los periódicos de las cuatro provincias, considerándolo más que útil, necesario al mayor brillo y esplendor de nuestra literatura. La Coruña tuvo la gloria de librar la última campaña a favor de esa idea. No hace todavía un año, varios escritores entusiastas, antiguos socios del Folklore
gallego, y miembros de su Junta Directiva, se reunieron en aquella capital y después de
disolver esta sociedad cuya vida anémica no respondía a los fines que se había impuesto, acordaron levantar sobre sus ruinas la Academia, destinando a su creacion los fondos que aquella tenía depositados en el banco de España. Nombróse una comisión gestora. Se celebraron juntas; se repartió con profusión una convocatoria; se recibieron y publicaron listas de socios protectores y, cuando por la calidad de las personas que constituían dicha comisión, entre las que figuraban nombres como los de Murguía, Pondal, Paz Novoa, Martínez Salazar, López Seoane, Golpe, etc., todos esperaban impacientes la inauguración de la Academia cuyo Reglamento estaba ya terminado; he aquí que de la noche a la mañana, la prensa de Galicia nos anuncia que que la Academia ha muerto antes de nacer [...] ¿Qué ha podido ocurrir en la Coruña [...] Algunos periódicos que miraban con recelo la fundación de la Academia, se contentan con arromar sarcasmos sobre los individuos de la comisión gestora y nada dicen por donde pueda justificarse el fracaso de tanta actividad y tantas esperanzas. Pero, a través de ese estudiado silencio, y del que observan nuestros propios corresponsales, de quienes no hemos recibido carta en los dos últimos correos, nosotros creemos ver claro atribuyendo a la política, a esa politiquilla rebajada, que Galicia alimenta con su propia dignidad y con las hojas más brillantes de su historia, la verdadera causa de lo que acontece. Vienen en apoyo de esta opinión algunas frases del discurso pronunciado por el señor Pérez Costales en el acto de dar cuenta en la Asamblea celebrada el 17 de Febrero en los Salones de la Diputación Provincial de la Coruña, de las gestiones hechas para fundar aquella institución, frases que, bien estudiadas, nos dan la clave del enigma y bastan para esclarecer todo lo que hay de oscuro en el asunto. ?Recelan algunos, decía el orador, para prestarnos su concurso, que en esta Academia va a encarnarse el regionalismo gallego y yo he de decir muy claro y muy alto
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