Bolelin de la Real Academia Gallega iii
portuguesa los primeros vagidos del idioma, embellec?dos con las ende
chas dulces y sentidas de los trovadores, hasta la'transformaci?n filol?gica
progresiva que cristaliz? en la armoniosa y varonil lengua del Arcipreste
de Hita, ya que, bajo el cielo de Galicia, se conoci? por vez primera la
religi?n de Cristo, hecha verbo en los labios persuasiv?s del ap?stol
Santiago, y hasta entonces ignorada para los pueblos occidentales; ya
que en tierra gallega germin? desde muy tern prano el ideal de integri
dad nacional, luchando con fervor de arraigadas corivicciones, contra
los suevos, primeramente, contra los muslimes y contra el feudalismo,
despu?s, y prestando sus m?s eficientes empe?os ya en siglos de l? unidad
espa?ola en las m?s crudas campa?as de los ?ureos a?os de Carlos I y
Felipe II, y en los m?s rudos combates por la independencia, en los
albores del siglo xtx; ya que Galicia ha sabido ofrendar al mundo: insu
rrectos abnegados y paladines del ideal libertario, como Carral, el m?rtir
de 1846; capitanes aguerridos como Hernando de Andrade, P?rez de las
Marinas, Alonso Hernandez de Lugo, que llevaron de victoria en victoria
por tierras de Flandes e Italia, de T?nez y Argel, las insignias triunfales
del pend?n castellano; escritores famosos que empaparon en tinta de
inmortalidad la pluma de su genio, como A??n, Feij?o, Lamas Carva
jal, Pondal, Rosalia Castro, la Condesa de Pardo Baz?n, Curros Enr?
quez, Benito Losada, Aureliano Pereira, Linares Rivas, Valle Incl?n,
Rey Soto, Manuel Murgula; representativos eminentes de la ciencia y de
la filosofia, como Concepci?n Are?al, Martin Sarmiento, Eduardo Dato,
Gerardo Dova1, Rodriguez Carracido, Jos?. Goyanes; artistas inspirados
como Llor?ns, Sotomayor, Antonio Palacios, Federico Ribas, Manuel
Quiroga, Julio Camba, Fern?ndez Bordas, Juan Luis, M?ximo Ramos; y
navegantes valerosos y arrojados que han sorprendido con sus haza?as
portentosas dignas de ser inmortalizadas en ?picos bordones, desde aquel
iluminado marino tenido por genov?s durante varios siglos y que parece
por datos recientes haber nacido en Pontevedra, hasta el Ultimo y singu
lar empe?o llevado a cabo por el piloto Franco, que carit? la epopeya del
aire en un viaje ?rriesgado y triunfal, que fu? como una inmensa r?brica
tendida desde Palos hasta Buenos Aires, sobre la cual se destaca, escrito
por el heroismo y la fe, el glorioso nombre de ,Espana.
Cualquiera de los ilustres compa?eros de consagraci?n, hubiera sido
sin duda elecci?n m?s acertada que la mia, que m?ritos notorios abundan
en ellos para cumplir tan honroso cometido, que s?lo un acendrado
espiritu de exquisita benevolencia pu 10 cifrar en m?, que me siento pro
fundamente embargado, para hablaros ?haci?ndome responsable de tan
s?lidos prestigios? en nombre del P. Jurn J)s? Roberes, que fu? Presi