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Doleltn de la Real kkcademia Gallega 83
fijeza a estas armas, (figura 10, A), la adaptaci?n al mango, sobre ?
todo teniendo en cuenta el piano y, p?r lo tanto, la direcci?n en
que se mueven, no exige el refuerzo de ?tro anillo en opuesto senti
do; s?lo parece justificarlo un nuevo servicio en piano diferente al
que un solo anillo supone, es decir, perpendicular al filo : es indu
dable; y esto, unido al filo recto o casi recto de las hachas de este
tipo, les da un car?cter de herramientas quo pudiera tan s?lo su
ponerse en las de un anillo. Pero la forma del hacha persiste, y ?
el nuevo piano en que le permiten moverse los : dos anillos no ex
cluye, por lo tanto, el primitivo; es decir, que el nuevo perfeccio
namiento del tipo al afiadirse el segundo anillo, lejos de excluir
ninguno, aumenta el n?mero de servicios que puede prestar, y en
este sentido parecen l?gicas para el hacha de doble anillo las tres
formas posibles de enmangadura. (Figura 10). Es m?s, al refuer
zo que ?sta pudiera suponer, tal como en la forma B se dibuja, hay
que a?adir, que la frecuencia con que los anillos, punto d?bil de
estas armas, romp?an (y el hecho aparece comprobado en los ha
llazgos), exig?a la especie de reserva que supone el segundo anillo
para el servicio que tan s?lo uno requer?a; previsi?n justificada
. que viene a confirmar las dichas tres formas de enmanganilento
para estas hachas, sin el cierto exclusivismo que supone la teor?a
de Siret contra los razonamientos de Alves Pereira.
Todo esto viene a fijar la sucesi?n de los tres tipos fundamen
? tales de las hachas de tal?n, como D?chelette nos lo confirma, que ?
es lo que para el caso nos importa; aunque Siret, y por lo quo
afecta a los servicios de arma y herramienta, suponga a los dos
tipos de anillos conviviendo, lo que aparece confirmado en algu
nos hallazgos (dep?sito de Senra, por ejemplo), asunto del que
m?s adelante hablaremos.
Y .dijimos ?tipos fundamentales? porque todav?a Siret, ba
s?ndose en Ia diferente forma de la secci?n de las hojas en las
hachas de dos anillos, cerca del tal?n, cree posteriores las que la
ofrecen poligonal m?s o menos redondeada y sin adornos en las
caras, por suponerlas influ?das por las hachas de cubo, a diferen
cia de las que tienden a la forma rectangular, de m?s ancho que
grueso y con nervaduras en las caras, formas macizas, que llama,
en oposici?n a las huecas o derivadas de las hachas de cubo, poste
riores, como tipo, a las de tal?n con anillos, aunque a veces aparez
can asociadas. Admitida esta variante cronol?gica, es indudable
que las hachas descubiertas en Cumbraos, que es a 'lo que vamos a