92 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
resuena con el oleaje rumoroso de la mar abierta y seis d?as en la
mar son normales y frecuentes; si la vida es sue?o, no lo es sin
alguna correspondencia, sobre todo cuando se narran estas aven
turas a un pueblo de consumados navegantes como los Feacios.
Es, tiene que ser, ?Dichtung und Wahrheit?. Rhys Carpenter
as? lo cree por razones geogr?ficas, y nos recuerda una escena
hist?rica espa?ola. En 1421 la armada de Alfonso de Arag?n
estaba bloqueando la ciudad desde este puerto. Llegaron l?s ge
noveses y encerraron a los aragoneses en el breve espacio : odi
s?ico; la batalla fue feroz en la que participaron los nuevos Les
trigones, ?barco embest?a a barco en el estrecho, los de Bonifa
cio lanzaban arpones?, como arponeando atunes, el paralelo es
perfecto.
Sigue la tan conocida aventura de Circe... el monte Circeo
italiano, como cree B?rard, en oriente, del todo fuera del mun
do mediterr?neo, como piensa Germain, en ninguna parte, topo
gr?ficamente hablando, otros..;. lo ignoro, aunque uno de.los
argumentos contra la localizaci?n italiana me parece de poco
peso; si el poeta dice que la maga o bruja, Kirke Feronia, ha
bita las mansiones de la Aurora y que, por lo tanto, imagina
alg?n sitio en las cercan?as de un oc?ano oriental, no hagamos
caso: Para el navegante en el Mediterr?neo Occidental, la pe
ninsula italiana es efectivamente la ?mansi?n de la Aurora?;
all? el cansado marinero tiene fija la vista, apeteciendo las pri
meras luces del sol naciente. Los escoliadores antiguos discutie
ron y escribieron largamente sobre estos primeros versos del
Canto XII. Algunos, acaso m?s acertados que otros, pensaban
que designan la cima del Monte Circeo, aislado; dominante, un
faro que refleja las primeras luces de la aurora. Siguen la evo
caci?n de los muertos casi ininteligible en su 'forma actual y
la despedida, las Sirenas, Escila y Caribdis, y la destrucci?n del
?nico barco sobreviviente. El gran artista que es Odiseus se ha
sobrepasado.