294 $olet?n de la Academia Gallega
autoridad en la materia, pero ' completamente ajenos al conoci
miento directo del pais, tomando en cambio el de las realidades lo
cales; pues, conforme dice muy bien mi ilustre amigo Eloy Bull?n,
siguiendo a Miguel Servet (1), s?lo la observaci?n o estudio direct()
de la Naturaleza es la verdadera fuente primaria del conocimiento
geogr?fico.
Las defectuosas informaciones suministradas por Estrab?n,
Plinio, Meta y Tolomeo respecto a la Galicia de tan viejas edades
(entre cuyas informaciones, por las razones apuntadas, se observan
en machos casos notables discrepancias en la situaci?n dada a los
accidentes geogr?ficos y a los pueblos), debemos consiguiente
mente de relacionarlas con determinadas circunstancias comarcanas
de orden topogr?fico, hist?rico, arque;ol?gico y topon?mico, si que
remos llegar a esclarecer, hasta donde posible fuere, lo que
aquellos textos nos ofrecen, algunas veces harto confuso. Porque,
sin estos importantes elementos de comprobaci?n, no es posible,
en la mayor?a de los casos, caminar con alg?n acierto hacia las
ideas vertidas en las fuentes originarias de conocimiento, en algunos
momentos bastante detallistas.
Y as? discurriendo, dec?dome .a exponer sucintamente c?mo
interpreto una interesante parte de geograf?a antigua ya muy deba
tida, pero sin el previo estudio del problema sobre el terreno, quo
considero por eso aun muy embrollado : a cual golfo se hayan que
rido referir m?s especialmente Estrab?n y Meta cuando nos men
tan el seno de los ?rtabros (in Artabris sinus), al que concedieron
una destacada significaci?n en' la costa septentrional de Espa?a,
siendo por ello tan abundantes ?relativamente las viejas memo
rias referentes a las gentes ?rtabras, a su gran promontorio y a
su puerto. Cuyo golfo han reducido la mayor parte de los int?rpre
tes, ya a la bah?a de la Coru?a, ya a la de Ferrol o conjunta',mente
a ambas (2).
Para esto, es decir, para estableoer mis nuevos puntos de vista
sobre el asunto, servir?me de las dos versiones de que dispongo.:
la espa?ola de Cort?s y L?pez, de 1835 (que H?bner consideraba
(1) Miguel Servet g la Geograffa del Renacimiento, p?gina 106.
(2) ALEMANY, en su citado estudio de la nota 1, tambi?ni ]lega a
suponer si podrfa tratarse de la entrada que forma 1a r?a de Muros y
Noya, donde desemboca el Tambre.