$olefin de la Academia Gallega 293
t?ndose, como se trataba, de un pals abrupto y selv?tico de orogra
f?a muy complicada: laber?ntica (1), con .un litoral intrincad?simo,
de machos e importantes cabos y profusi?n de; profundas r?as,
am?n de las correspondientes calas,exteriores, poblado por gentes
rud?s, de lenguaje poco comprensible para los del Mediterr?neo,
conforme advierte Plinio (ignobilium et barbar.ae apellationis) (2)..
Nombres de dura y dif?cil pronunciaci?n, seg?n expresa Estra
b?n (3).
D?galo sino Polibio, cuando en el cap?tulo LVIII del libro III
de su famosa Historia Universal nos habla de los yerros cometidos
por los escritores que entonces quer?an describir los pa?ses extre
mos del mundo conocido; y m?s concretamente ?para este caso?
Tolomeo, tres siglos posterior, pese a proporcionarnos, en concepto
de H?bner (La Arqueologia de Espa?a, p?g. 22), los informes m?s
completos sobre la Espa?a antigua que se hayan podido conseguir,
reveladores del m?s exacto conocimiento alcanzado, cuando advier
te, (lib. I, cap. 5, de su Gala Geogr?fica), c?mo habi?ndose visto
precisado a valerse de tradiciones recogidas en diversos lugares y
tiempos, algunas partes de la tierra no llegaron a?n a su noticia y
otras no cuales eran sino con aquella ineertidumbr.e que ocasionaba
la negligencia de los quo viajaron ?al traducir de Cort?s y L?
pez (4)?; si hien supon?a que eran m?s exactas las noticias que
tenfa de las ciudades mar?timas que de las internas, sin duda por
haberse servido principalmente de los materiales quo Marino de
Tiro acopiara en Fenicia.
He considerado pertinente dejar sentado el anterior pre?m
bulo sobre la manera de hacer geograf?a de las tierras occidentales
en aquellos legendarios tiempos y las vicisitudes porque han pa
sado los textos subsisbentes, para justificar mis nuevos puntos de
vista en la intcrpretaci?n de los mismos, por l,o que a la comarca
ortegalesa, la m?s n?rdica de Iberia, se refiere, ya que me desviar?
alg?n tanto del camino trillado por los comentaristas de mayor
(1) Ya EsTnaB?N (Geograf?a, libro III) indicaba c?mo esta pane
de Iberia era montailosa e inc?moda, sin f?ciles comunicaciones, por lo
cual vivfa ,ap?rtada ?de la civilizaci?n.
(2) C. PLINII SECUNDI, Naturalis Historice, ?bro III, c. III.
(3) Ob. cit., libro III.
(4) Diccionario. Geogr?ficoHist?rico de la Espa?a Antigua, Tarra
conense, Mica g Lusitana. Madrid, 1835, tomo I.