iDolel?n de la Real Academia Gallega 299
de su tiempo, acosa y hiere de muerte a la espantosa hidra de la
superstici?n, que agitaba sus m?ltiples cabezas; Maria Pita, vuestra
heroica Maria Pita, que ardiendo en patri?tico entusiasmo, corre a la
brecha de la Puerta de Aires, l?nzase a la lucha cruenta, feroz, des
esperada, que se entabla sobre los escombros de una mina, y derriba
al bravo oficial que tremolaba la bandera inglesa; y Cachamui?a, el
esforzado y valeroso Cachamui?a, que en la reconquista de Vigo, con
el hacha qne arranca de las crispadas manos de un tnarinero muerto
en la pelea, descarga con fuerza herc?lea, repetidos golpes sobre la
herrada puerta de la Gamboa, derrib?ndola, con pavoroso asombro de
los sitiados, y atravesado por cuatro balas, cae sobre el yerto marinero,
gritando: ?Adelante! 'Viva Espana! ?Qu? mucho, se?ore's, que les haya
celebrado con la palabra y con la pluma, rindi?ndoles fervoroso tribu
to de la admiraci?n m?s sincera y entusiasta!
La naturaleza y la historia me invitaban de consuno al amor a
Galicia; pero fu? ?ste, desde el primer momento, tan grande, tan apa
sionado,, tan entra?able, que hube de preguntartne, hablando a solas
conmigo mistno, si no ten?a.ra?z m?s honda, y una voz interior me res
pondi? que s?. ?Qu? voz es esta?, me dije sorprendido; y la voi repuso:
Soy la voz de la sangre.
?Alt!, s?, sefiores, la voz de la sangre; que atinque nacido en Astor
ga de padres astorganos, por mis inmediatos ascendientes puebo llamar
? me gallego. De mis cuatro abuelos, uno vi? la luz primera en el pinto
resco pueblo de Villamart?n de Valdeorras, y otros dos on el Bierzo, en
esa hermosa prolongaci?n de Galicia, que fortn? parte de este antiguo
reino, y aun hoy se halla unida a nosotros por el triple lazo de la raza,
del idioma y de las costumbres, delicioso vergel, espl?ndido anfiteatro,
donde se encuentran y se dan cari?oso abrazo la dulce lengua en quo
suspir? Macias el Enamorado y escribi? sus C?ntigas de Santa Maria
Alfonso el Sabio, y la de Juan Lorenzo Segura, de Astorga, el bon cl?
rigo e ondrado, que consign? e inmortaliz? su nombre en la ?ltima
cuadernavia del Poema de Alexandre (1). ?Qu? importa que, en el a?o de
1833, un Ministro, extendiendo el mapa de Espana sobre su mesa de
despacho, y poniendo el dedo en el pueblo de Quere?o, haya dicho:
aqui termina la provincia de Oreuse? Siempre podr? repetirse con ver
dad el antiguo adagio: Galicia es la huerta y Ponferrada la puerta, y el
aur?fero Sil, entrando rumoroso por tan franca puerta, para juntarse y
3 .
(i) En un estudio critico, intitulado yuan Lorenzo Segura y el Pocnca de Alexandre
(Orense, 1918) se propuso probar el que esto escribe, que el ?bon cl?rigo e ondrado? fu? autor, ?l?l ??l?
y no un simple copista del poema.