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'.r ro bolet?n de la Real jkcademia Gallega
a la secular Suevia, los bravos y las palmadas, las exclamaciones y las
l?grimas se suced?an sin tregua.
?Qu? enorme ovaci?n! ?Qu? regocijo y qu? j?bilo! Abrumado ante
tan gran muestra de cari?o, de f?rvido entusiasmo, `recit? con alma y
br?o, con el legendario empuje caballeresco, un trozo del romancero,
porque tal parecen las divinas estrofas de Alma Espa?ola, que cant? lleno
de fuego:
Un delirio fu? al terminar. Todos los acad?micos =y los directivos
abrazaron al poeta, confundi?ndose enceleste emoci?n art?stica.
?Poes?a, don del cielo, roc?o bienhechor de las almas: bendita seas!
Y termin? la parte acad?mica de la solemnidad con un magistral
estudio sobre Galicia, le?do por el culto literato y poeta, escritor brillante,
abogado e ingeniero Sr. Segura Cabrera.
Decir que esta obra es una belleza, una filigrana y un exponente de
saber, es repetir lo que un?nime dijo el p?blico, que a cada p?rrafo inte
rrumpi? al digno cubano, que as? lleg? a la tribuna, lleno de amor y de
justicia a acariciar a la noble Galicia, a nuestra querida madre.
?Y qu? hacer, siti? lo que los buenos hijos hacen al que honra a?la
que le di? el ser? ?Mirarlo como propio, y como, propio abrazarlo y que
rerlo sin regateos! ?
. Despu?s de este acto severo, ceremonioso cual era de rigor y que
tan elevado concepto dej? en el Animo de la distinguida concurrencia,
tpor qu? no decirlo? tan poco habituada a verlos en nosotros, se cumpli?
la segunda parte con justeza y ?xito creciente.
La banda municipal dirigida en persona por el acad?mico, insigne
maestro Tom?s, deleit? con la irreprochable interpretaci?n de la Obertura
solemne de Brahms, y puso l?grimas de j?bilo con la meiga y cada d?a
m?s leda y melanc?lica Alborada de Veiga, el inmortal. Anduri?as do
mar la dijo la Srta. Men?ndez como la dir?a un ?ngel. De esta hermosa
canci?n hemos de ocuparnos preferentemente. Marca su importancia una
etapa insuperable en la m?sica gallega y tenemos el deber de estudiar esta
modalidad genial del maestro Fortes y Guede.
En nuestro modesto estudio entrara tambi?n la pagina Morri?a que
interpret? el tr?o con gusto y afinaci?n.
El Sr. Zertucha, genial violinista, con el arte y el dominio que posee
de la dif?cil t?cnica del ingrato instrumento, recibi? aplausos clamorosos
por su labor inimitable.
Una maga del piano, la Sra. Blanca L?pez de Ruiz, la hija del enxe
bre L?pez .Ve?ga, la esposa del Vicepresidente, puso una nota de arte
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