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DOLET?N DE LA ACADEMIA GALLEGA 33
gratitud por su obra, la comuni?n de sus contempor?neos con su
espritu, y el ejemplo y muestra de estos sentimientos ante las
generaciones de hoy y del porvenir, hab?an die plasmar, deber?an
de tomar cuerpo de vivificado granite en un monumento insigne que,
come ?ste, ideado per el genio de Asorey, revelase la arm?nica y
maravillosa concordancia del lienguaje de la piedra con ci pensa
miento del vate inmortal. En un monumento que representase
lo quo hay de dolor, mansamente soportado, die resignaci?n secular
y tambi?n de fe ingenua y constante esfuerzo crea;dor, en e1
alma de nuestros labriegos. En un monumento en que el poder
milagroso del estro po?tico de Curros, nimbado par la gloria, so
juzgase a los Inonstruos horrendos de la Intolerancia, la Opresi?n
y la Injusticia; mientras la lira heroica del poeta, hincando en la
r?ca virgen del suelo nativo, hiciese brotar el manantial de clara
linf a de un vivir nuevo y digno...
Y he ahi, seller Alcalde, la obra genial, el simb?lico monu
? mento que la Academia Gallega, depositaria de la voluntad de
aquellos hombres generosos que iniciaron la idea, os entrega en el
solemne dia die hoy, como leg?timo representante, que sois, de la ?
ciudad rectora de Galicia.
Con el mismo fervoroso af?n con que hab?is acudido a facili
tar que el :escultor diese remate feliz a su tarea, apremiada de
liempo y cortedad de recursos, cuidad, senor Alcalde, que, en ade
lante, sea esta memoria del poeta insigne como el altar inmaculado
de la civilidad, en el que todos ofrendemos nuestros votos por la
tierra gallega, para su gloria y para gloria de Espa?a; de Espana,
personalizada en este instante ante nosotros en la augusta figura
del Primer Magistrado de la naci?n, a quien devote rindo el m?s
cordial y reverente saludo. He dicho.
Extinguidos los fuertes aplausos quo coronaron el discurso
del senor Lugris, el Alcalde, D. Alfredo Su?rez Ferr?n, pronunci? el
que a conlinuaci?n inserlamos :