42 BOLET?? DE LA ACADEMIA GALLEGA
lujoso estuche conteniendo tres vol?menes, art?sticam:?nte encua
dernados, con las obras de Curros Enr?quez. Los dos presidentes
se abrazan.'
Luego, habl? el Presidente de la Rep?blica, quien hizo notar
el distinto car?cter del acto que acababa d? efectuarse y el que se'
estaba celebrando.`
Aqu? ?dijo? se honra a un hombre que en la plenitud de su
existencia tuvo la fortuna de recoger la m?s alta'. magistratura de
la Naci?n, sujeto a las cr?tic?s apasionadas; all? s? honr? al cantor
de las ans.ias de una raza, que ha pas^ado a la posteridad, juzgado
ya definitivamente con la admiraci?n de las generaciones. El lujo
y la grandez.a, all?; aqu?, en cambio, la modestia y la humildad.
A?adi?, despu?s de otros brillantes p?rrafos, que los honores
que acababan de tribut?rsele eran tan agradecidos como inmereci
dos, y que no estimaba contradictoria, sino arm?nica, la investi
dura que se le otorgaba y la de Acad?mico de la Espa?ola,
y signific? su comprensi?n para los problemas regionales, propia
de un andaluz, pues Andalucia, pon haber sido clave y cierre de la
obra de la Edad Media, a todas la3 regiones comprende, respeta
y ama.
En un hermoso periodo expuso el papel de Galicia como lazo
de uni?n entre la cultura castellana y el, occidente Atl?ntico, y ter
min? con unas frases de amor a nuestra tierra y con ` la expresibn
del deseo de que sus leg?timas ansias se vean pronto colmadas den
tro de los canoes legates abiertos por el regimen republican?;
Se le aplaudi? con entusiasmo, y seguidamentc se' di?' por
tcrminado el acto.