BOLLT?\ DE LA HEAL ACADEMIA CI1LLLGA 133
noble die''artist.a entre . la sublime poes?a . de ' las: piedras milena
rias y santas. Su temperamento desigual, de que tanto deb??
arrepentirse, le arrastra al periodismo. En ?1 obtuvo sus ?xitos y
de`. 61 provienen sus desgracias. El hombre que por su cultura
podia optar a los m?s altos cargos politicos que desempe?aban
amigos suyos de menor val?a,. llev? una vida errante y bohemia,
destrozando su cuerp? y su espiritu.
Su entrada en las ' tareas period?stieas no fueron debidas a .
af?n de :lucro y fama;'muy corriente entonces entre la geute de
su'clase. No pens? jam?s en obterier honores y al periodismo fu?
empujado por la lRamada sobrenatural de una :v??aci?n fuerte
y arrolladora. 'Y s?po' escribir sin preocuparse de liada Ili de
nadie, porque ?lo hacia con el c?raz?n'y no con l inenfe. Pero
un hombre de sentimiento ex?ltado, como era A??n, t.ui,o, ne
cesariamente, que sentir'en'lo m?s'pr?fund? de su ser, las inj?s
ticias humanas, imperantes ' ? p s en todos los tiempos: Sus . interven
ciones en la prensa v?len al poeta su primer destierro. Y en el
f` exilio, en la naci?n hermana Lusitania? funda un peri?dico
biling?e en donde continua la ruta emprendida. Su c?lebre "Him
no dos povos", le ocasiona la nueva expulsi?n, y abandondndo
l?encantadora Lisia (Lisboa), a quien tanto ama, marcha a Fran
. cia, Italia y otros lugares de Europa, como secretario particular
de Lord Shawfordt.,
M?s tarde vuelve a Galicia; toma parte en la Revoluci?n
del 66 y por;s?gunda vez retorna desterrado aPortugal.'Al poco
tiempo regresa a . Galic g Galicia, di ig ' i?ndose luego a la capital de Es
c,. pa?a, en donde sus d?as dar?n fin.
De sus propias manifestac?ones se deduce que Ia vida ; del
poeta, fu? en Madrid suplicio y calvario cruento: ir y venir a
Ministerios, suplicando, en vano, un cargo del Estado que ayude,
eon su trabajo, a sobrellevar el peso de su enfermedad hepatica.
Peticiones a los "l?deres" gallegos que estaban erigidos en amos
y senores del Esta;do. A pesar de la protecci?n, que le dispense)
Montero Rios, tuvo que errar bohemio . y m?sero por las calles
madrile?as. Un destino oficial que no bastaba a llenar sus aspi
`, raciones, ni estaba a la altura de sus conocimientos, fu? el pago
que en la vida tuvo .el; genio del poeta. Simple oficial en el nego,
ciado de un Ministerio, el exiguo sueldo no era suficiente para ?
sostener aquella vida que se desplomaba.
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