BOLET?N DE LA REAL rACADEMIA GALLEGA. 179
pero'. sus conclusiones , concretes , en el terreno social son; vistas
hoy, m?s bien pobres en ; quien, realizando la aventura intelec
tual de aceptar un socialismo. filos?fico, 11ega a conceder menos
de lo que ; cualquier escol?stico de ,nuestros . Was :podr?? extraer
de la idea de,."bien; com?n" en el sector de las relaciones huma
nas regido por la Justicia .social,
Con el nombre de do?a Concepci?n Arenal >volvemos a en'
? contrarnos de ; lleno ` en el Ambito de la sociol?g?? propiamente
cliche. Las caracter?sticas de esta insigne pensadora, acusan una
personalidad poderosa tanto en el orden 'cient?fico como en el
humano, con rasgos,propios que la diferencian de,las dos figu=
ras anteriormente mencionadas:`
Lo que Concepci?n , Are?al? cultiva no es exactamente una
sociolog?a teor?tica,`'pero, desde luego nos sit?a en el umbra!
de la investigaci?n soci?l?gica concreta, por medio de una serie
de trabajos de tipo sociogr?fico, enormemente valiosos en sus re
sultados aun cuando, l?gicamente, la insigne gallega no dispu
so de:los instrumentos intelectuales con que cuenta el soci?logo
actual que sabe cu?l es la finalidad que ha de proponerse y los
medios de que habr? de echar mano: Pero Concepci?n Arena! fu?
movida no por un af?n meramente teor?tico, sino por un ar
diente"esp?ritu de reforma sociaI y de mejoramiento de las con
diciones de vida de aquellos seetores de la vida social sobre la
que gravitan todas las taras del delito, de la miseria.y de la'in
cultura.
Una observaci?n antropol?gica pesimista puede servir de
punto de arranque de su ense?anza: el primer movimiento del
individuo, como de la sociedad, dice ,Concepci?n Arenal, es ge
neralmente ego?sta, es decir, malo. La caridad, la religion, la ley
., han superado este primer movimiento y encauzado el obrar so
cial por rutas m?s elevadas. Hay un mandato de la justicia di
vina y de la justicia humana, que es el hacer bien a los hom
bres. El Estado tiene el derecho y el deber de dar cumplimiento
a este mandato, al que no deben escapar ni aun las ?rdenes re
ligiosas, porque si hubo un tiempo en que las exageraciones del
ascetismo fueron una necesidad, pues la m?sera naturaleza del
hombre necesita combatir con verdades exageradas las exagera
?iones del terror, el mundo actual menos grosero y materializa
do necesita menos del ascetismo que de la caridad. La caridad
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