72 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Laertes, cuando Odiseus le ha dicho que ha matado, ejecutado
ser?a mejor, a los pretendientes: ??Padre Zeus! A?n est?is en
el vasto Olimpo, vosotros los dioses, si es verdad que han sido
castigados los pretendientes por su temeraria insolencia? (XXIV
351).
La evoluci?n m?s que a Jen?fanes [el jonio que vivi? 67 a?os
en el exilio, en Sicilia, como consecuencia de la conquista persa
de 545, rapsodote?logo que con violencia se vuelve contra Ho
mero y Hesiodo por los cr?menes que cantaban de los dioses y
que son una blasfemia del dios supremo, ?el que mueve todas
las cosas con el pensamiento de su inteligencia?, es decir, un dios
del todo deshumanizado], nos eleva a las teolog?as de los tr?
gicos, que est?n mucho m?s cerca de Homero que del intelec
tualismo j?nico.
Volvemos a desembocar en Plat?n, como siempre. Si Jen?
fanes dice: ?Homero y Hesiodo han atribuido a los dioses todo
lo que es m?s degradante y digno de censura entre hombres,
robo, adulterio y enga?o? (Fragmento II, DielsKranz), en rea
lidad percibimos la fundamental carencia de sentido po?tico del
intelectual emancipado. El caso de Plat?n es del todo distinto.
En La Rep?blica nos habla como p?dagogo de la humanidad y
?l, el m?s po?tico de los prosistas, . se muestra dispuesto a pres
cindir de la poes?a, de la belleza, limit?ndola a ?himnos a los
dioses y alabanzas de lo que es bueno?. Para ?l el primitivismo
era el constante peligro, el`retroceso a las creencias antiguas. Ha
b?a que cortar de ra?z los malos ejemplos divinos y Platen, como
Ministro de Educaci?n de Helas, se hab?a olvidado de sonre?r y
el enorme artista se encontr? en la extra?a situaci?n de protes
tante agriado y burgu?s prudent?simo, ?l tan esencialmente ar
tista y arist?crata.
Casi se percibe en el horizonte espiritual, aquello que cierta
mente es la gloria del g?nero humano, la intuici?n del dios ?ni
co omnipotente. Plat?n en su vejez habla de las cosas supre
mas, cada vez con mayor prudencia, con m?s reserva, con m?s
sentido de tacto espiritual que de l?gica. Sobre los principios,
las ideas, ya no diserta m?s que en estrecho c?rculo de inicia
dos. Por fin, en Leyes IV 716 c ?la obra de su extrema ve