BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 69
hombres en cerdos, que Poseid?n con su tridente levanta el fu
nesto oleaje y los vientos ululantes, impidiendo el retorno de
Odiseus, que Eolo encerr? los vientos en un saco, como la ni?a
?cree? que su mu?eca duerme o la piadosa familia alimenta al
muerto por un tubo. La funci?n po?tica estriba en levantar la
materia tradicional y muchas veces primitiva a un piano de in
tensidad en el que, acallado el escr?pulo racional, tan operante
siempre en el griego, sirve como revelaci?n de un mundo m?s
aut?ntico y profundo que el del raciocinio. Este mundo nos es en
parte desconocido y podemos suponer que el contempor?neo de
Pericles ya no entend?a lo que o?a en sentido literal. As? se crea
el misterio, por alusi?n, pues casi nunca se narra un mito corn
pleto. Es la admirable Renata von Scheliha quien mejor ha
visto esta profundidad interior. La alusi?n oscura forma parte de
un verdadero m?todo po?tico e implica la indispensable coope
raci?n del p?blico con el poeta, tanto en Homero como en los
tr?gicos. De Meleagro no se nos dice nada de su muerte; de
Belerofonte nada de la causa de su melancol?a, s?lo que, ha
bi?ndose hecho odioso a los dioses, vaga por la planicie Aleion,
huyendo de los caminos de los hombres. No se sabe, si no se
sabe antes. He aqu? una raz?n esencial del misterio poetico que
rodea tanta materia hom?rica. ?Por qu? las grullas, volando
hacia el Oc?ano, llevan cruenta muerte a los P?gmeos? ?Por
qu? el rey Ejetes es mal famado por su crueldad? ?Por qu? y
c?mo Amisodaros crib a la Quimera? ?Por qu? los Feacios Ile
varon a Rhadamantys a Eubea y por qu? deseaba visitar all? a
Tityos, hijo de Gaia? Pero la entrada en materia hom?rica es
dif?cil por otras razones.
En primer lugar porque lo indicativo son los dioses. Sin dio
ses no hay poes?a hom?rica y, sin embargo, el meritorio Paul
Mazon fue capaz de escribir que la sociedad hom?rica ?no podia
tener sentimientos religiosos muy profundos? y que, de verdad,
?nunca hubo poema menos religioso que la Il?ada? . ' Nos que
damos estupefactos ante este manifiesto divorcio entre la erudi
ci?n y la sensibilidad. La verdad evidente es del todo opuesta.
Nunca se escribi? en la antig?edad cl?sica poes?a m?s penetrada
toda ella por la presencia divina, to theion, lo que es de los dio
ses: acaso nunca se haya concebido con tan f?cil naturalidad la