196 Bolet?n de la Real Academia Gallega
Para no ser difuso, para no perderme en divagaciones ret?ricas,
para ser breve y conciso, escrib? estas l?neas, y, a pesar de ello, me
estoy dando cuenta de que me separ? un poquit?n del objetivo princi
pal de ellas...
Querido D. Bernardo: despu?s de quince a?os de ausencia volv?is
a la tierra querida. Ya no encontrar?is en ella, como muy bien dice en
su hermosa carta nuestra distinguida amiga la se?ora de Castro L?pez,
aquellos brazos cari?osos de la santa madre que en 1905 os, recibieron
y os despidieron; pero aun hallar?is algunos de los amigos de la infancia
y otros m?s que os esperan para haceros grata vuestra breve estancia
en aquella cari?osa e incomparable tierra. Infelizmente vuestro, viaje
ser? un viaje rel?mpago: aqu? esperan vuestro retorno, impacientes,
esposa amant?sima e hijos cari?osos. En esta clase de viajes, lo digo
por experiencia, en vez de satisfacciones s?lo se recogen las molestias
y las incomodidades inherentes a todo viaje: eso es, lo que queda como
recuerdo, eso es lo que perdura en la generalidad de los esp?ritus poco
observadores, por desgracia. Si os pasaseis all? tres o cinco a?os, ,o
nueve, como acabo de pasar yo, ?ah!, entonces es cuando se le toma
un cari?o tan grande, tan intenso, que al despediros de aquella tierra?
lo hac?is con amargura y con dolor infinito. Y es por eso por lo que
a m? me resulta, Bin? imposible, muy dif?cil, aclimatarme, acostum
brarme nuevamente en este pa?s en que he pasado los mejores a?os de
mi vida juvenil, pero en el cual siento ahora, cada d?a, m?s honda la ex
patriaci?n... y ?sta ya muy pr?ximos a los cincuenta a?os... ?Es un. dolor!
Decidles a nuestros paisanos, repetidles lo que yo y muchos otros
les hemos dicho: que aqu? amamos mucho a nuestra Galicia, pero que
aqu? casi se la desconoce: unos hablan de ella mir?ndola desde hace
quince o veinticinco a?os o algo m?s, y otros apenas la conocen m?s
que por inexactas referencias o por muchas mentiras de la prensa
diaria. El progreso de Galicia en todos los ?rdenes de la vida en los
?ltimos a?os, ha sido asombroso, sencillamente estupendo.
En cuanto a vos, ?qu? os he de decir? Lastimar?a vuestra gran
modestia si rememorase en estos momentos, vuestro talento, vuestras
virtudes ciudadanas y vuestro probado patriotismo. No repetir? aquello
de que en la Universidad de la Capital los empleados modestos, vesti
? dos de pa?o azul con botones dorados, son .todos paisanos nuestros por
obra y gracia vuestra. En mis largas excursiones por Galicia os he
recordado con justicia como lo merec?is, a la par. que record? a tantos.
'I otros, tambi?n merecedores de ello, algunos de los cuales nos acom
pa?an en estos momentos.