244 jotetin de la Real Academia Gallega
ex?nio Rosales, pareci?, de pronto, como obscurecido ante el cua
dro de Pradilla. Tranquilo debfa encontrase ?ste acerca del triunfo
que le aguardaba, puesto que, en instantes tan decisivos y supre
mos para todo artista, antes pens? en los negocios del coraz?n que
en los del Arte, y dejando la magna pintura colocada en el lugar
que en la Exposici?n le fuera atribu?do, a Galicia torn? tras larga
ausencia, impulsado por los afanes amorosos de su alma.
En sus pret?ritas andanzas por estas latitudes hab?a llegado
hasta Pontevedra y Vigo, donde se detuvo, como en Noya, a copiar
paisajes sugestivos y aspectos caracter?sticos de nuestra vida re
gional que tanto le encantaban; y en una de estas correr?as hubo
de conocer, en la ciudad viguesa, a la que supo, para siempre ya,
esclavizarle el coraz?n y rendirle el albedr?o. Su imagen y su re
cuerdo fueron sus inspiradores en la capital del mundo cristiano;
en la ciudad augusta de los C?sares y de los Papas, rememoraba
el artista a la Enamorada que dejara junto a las m?rgenes risuef?as
del mar cantado por Martin Codax; y al regresar a la patria, vol
v?a arrullado por las m?s bellas y dulces ilusiones que puede aca
riciar un alma apasionada y grande: el ?xito glorioso y el amor
correspondido. Seguro del primero, vino en busca del segundo
para consagrarlo al pie de los altares. ? Por uno de tantos vaivenes
de la suerte, aquella mujer que en Vigo conociera hab?a trasla
dado a Lugo su residencia; y no fu? ya en la industriosa y mo
derna ciudad de la Oliva, sin? en la milenaria de las murallas y
las termas, donde volvi? a encontrarla para unirla de por vida
a sus futuros destinos y compartir con ella honor y gloria, espe
ranzas y amarguras.
Inaugurada la Exposici?n Nacional en 27 de Enero de 1878,
hac?a d?as ya que Pradilla se encontraba en la vieja Lucas (no hay
que olvidar la dificultad de las comunicaciones en aquel tiempo) ;
y dos m?s tarde de aquella fecha contrafa matrimonio en la
iglesia de Santa Marfa A Nova, parroquial de Santiago, seg?n
consta del acta respectiva, que ad pedem literce, dice:
?En la ciudad de Lugo, a veintinueve de Enero de mil ocho
? cientos setenta y ocho : yo el licenciado D. Antonio Capon y An
)) dr?s, presbitero, cura p?rroco de Santiago de la misma y su
?unida S. Lorenzo de Albeiros, previo todo lo dispuesto por el
'santo Concilio de Trento, y habiendo precedido el consejo favo
arable que previene la Ley de veinte de Junio de mil ochocientos
xsesenta y dos, asistf al matrimonio, que por palabras de presente