122 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
en el intrincado escenario de la fraga". Y, en otro p?rrafo, estas
categ?ricas palabras: "Cabr?a, sin duda, afirmar que si Galicia
carec?a de un poema simb?lico de su raza, como el Mart?n Fie
rro de la Argentina, es ahora cuando lo tiene, mas que en mu
chas de las excelentes obras escritas en lengua vern?cula, con
?ste, en prosa, que es El bosque animado.
Por no salir del estudio citado, y por lo que toca al l?xico,
Entrambasaguas observa: "Las palabras, las frases que emplea,
el vocabulario, en fin, es el de cualquier nombre culto de su
tiempo. Si se trata de una expresi?n t?cnica ?agr?cola, gana
dera, de caza, etc.? elige preferentemente la forma popular,
y si ?sta no conviene, tiene buen cuidado de excluir del empleo
de la culta toda sombra de pedanter?a, sin que por ello asome
la menor pobreza ling??stica de su estilo. En una nota al tra
bajo del que fueron tomadas las citas precedentes, se dice: "En
cuanto a Fern?ndez Fl?rez, gran parte de su obra y El bosque
animado en su totalidad, especialmente, est?n llenos de obser
vaciones y juicios sobre la psicolog?a y el ambiente gallegos".
Al pol?fono concierto de la literatura nacional Wenceslao
aporta una voz nueva, de acento inconfundiblemente galaico.
Jam?s Galicia, de una manera u otra, estuvo ausente en sus
novelas y art?culos. Acert? a expresar el complejo 'humor?stico
racial en p?ginas inolvidables; m?s a?n: cre? un humorismo
que arrancando de profundas ra?ces hincadas en la tierra de
Galicia se expandi? en todas direcciones, universalizando las
peculiaridades de nuestro esp?ritu. (Por ello su contribuci?n a
las letras patrias tendr? la perennidad de lo genial.
CARACTER?STICAS PERSONALES
Quedan por decir, en estas sint?ticas notas de su produc
ci?n literaria, algunas caracter?sticas personales del propio au
tor. Si trat?semos de describirlo, si pretendi?semos hacer su
prosopograf?a, la tarea ser?a sencill?sima. Una gran nariz, una
frente vasta y huyente, unos peque?os ojos, agudos y vivaces,
eran los rasgos m?s distintivos de su rostro, como los de su
figura eran la talla media, la elegancia de movimientos y la
pulcritud de su persona.