Dolelin de la meal ylcademia Gallega 75 ?
punto, al acercarse a nuestros puertos la flota que ven?a de Nueva Es?
paf?a con muchos tesoros, convoyada por la escuadra francesa. As? lo
crey? el Principe Duque de Barbanz?n, Gobernador y Capit?n General
de Galicia, el cual, en 3 de Junio de 1702, cuatro meses antes de este
hecho, escrib?a al Ayuntamiento de Santiago, a fin de que ?ste comuni
case a los hidalgos de esta provincia se recogiesen, prevenidos de sus
armas y caballos, en esta ciudad, que les se?ala para plaza de armas,
para que de ella puedan ser llamados a la parte donde fuese m?s pre
ciso y lo necesitase la defensa del reino. Ae? lo ha.cumplido el Ayun
tamiento, ordenando a su escribano formar las listas de los concurren
tes, con expresi?n de nombres y vecindades para llamarlos cuando la
necesidad ocurriese.
tin mes m?s tarde, en la sesi?n consistorial del 21 de Julio, se
ocupan los concejales en un nuevo aviso del Principe de Barbanz?n, que
recuerda el ya dado referente al llamamiento de hidalgos y su organi
zaci?n, pues tem?a tratasen de invadir esta poblaci?n como la m?s rica
de Galicia, para resarcirse de los da?os que padec?an en los pa?ses
respectivos y procurar por este medio producir la alarma en el nuestro.
Algunas dificultades se encontraban, sin duda, para la elecci?n de ca
pitanes y cabos, pues en esta misma sesi?n se acuerda pedir al Principe,
que ?l mismo o una persona de la m?s alta graduaci?n viniese a cum
plir esta misi?n, a fin de hacer una elecci?n acertada y conseguir dis?
ciplinar las compa??as, para que cuando llegase el caso no defraudasen
las esperanzas, e hiciesen in?tiles los gastos (1). No pudo el Principe
acceder a esta petici?n, por haber tenido aviso de Finisterre de que a
las tres de la tarde del d?a 26 de Julio, pasaban por aquel mar con
direcci?n a Vigo 26 grandes navios y no podia dejar aquella plaza (2).
Al mismo tiempo, temiendo, tal vez, un desembarco por la parte
de la Coru?a, se mandaban milicias a Poulo, Cabeza de Lobo y a las
Marifias, y estaban empleadas en las fortificaciones y defensas de la
capital m?s de dos mil personas (3). El temor no era infundado, puesto
que en 11 de Agosto escrib?a a este Ayuntamiento el gobernador mili
tar de aquella plaza, D. Tom?s de Cobos, general de Artilleria, que a
causa de haberse presentado en aquellos mares las armadas enemigas,
procurasen mandar gentes a los sitios designados para las militias. A
estos temores tambi?u debi? obedecer la formaci?n de las militias con
(t) Consistorios, fol. 293.
(2) C., fol. 303.
(3) C., fol. 312.