joleiin ae la /Real ylcaaemia Saileg
escogi? (Galicia), tom? el mejor de todos, que es el Sant?simo Sacra
mento.? (1).
Y el Obispo de Oporto, D. Rodrigo da Cunha, en la p?gina': 56 del
Cat?logo e Historia dos Bispos do Porto, (1623), afirma igualmente, que
del concilio lucense de 569, del cual tuvo principio el estar el Sant?simo
expuesto, ?tomou tambem o Reyno de Gallina por armas a hostia sobre o calix,
como ainda boje as conserva?.
Estos cuatro historiadores, son los ?nicos, que sepamos, que descri
ben el escudo regional en toda su pureza, sin aditamentos 'de cruces ni
de motes. Posterior a ellos, M?ndez Silva (16q.5) y';Cisneros Figueroa
(1689), en sus trabajos citados, al explicar las armas de nuestro reino,
incluyen tambi?n el c?liz y la hostia, pero tal vez por armonizar las opi
niones de todos, a?aden las cruces, motivo por el cual, pierden en valor
sus manifestaciones. Los dem?s autores que 'al"tratar'del blas?n gallego,
admiten del mismo modo la hostia y el c?liz, no. los mencionaremos,
porque, a parte de ser muy pocos y de escaso nombre, no hacen otra
cosa que copiar de los anteriores.
Vemos, pues, como por el testimonio de Molina y de los tres famo
sos escritores que le siguen, el verdadero escudo de nuestro pa?s, desde
lejanas edades, consta exclusivamente de un; c?liz y sobre '?l una hostia.
Al describirlo asi, los sobredichos no ponen nada de s? parte, y s?lo se
limitan, despu?s de estudiar su origen, ,a presentarlo` tal como en sus
tiempos se usaba oficialmente.
Vienen a darles la raz?n los antiguos escudos reales, qu? aun en la
actualidad se conservan, los cuales tienen un valor tan grande y absoluto
que no es susceptible de discusi?n.
No sabemos cuantos de estos monumentos her?ldicos se encontrar?n
en Galicia, pero para nuestro objeto basta con los que existen en la Co
ru?a. Cu?ntanse en n?mero de siete, todos esculpidos en fino y resistente
granito, y h?llanse en. algunos edificios p?blicos, que ni el tiempo ni la
incuria han conseguido abatir. En ellos aparecen las armas de Espa?a, y
en su jefe, las de Galicia, compuestas de un c?liz con una hostia encima.
Decir que estas ?ltimas no son las ?nicas y leg?timas arm?s de nues
tra tierra, valdr?a tanto como negar la autenticidad de las de Castilla, que
figuran en el campo de los mismos escudos, y esto, suponemos que a
nadie habr? de ocurr?rsele, porque el hecho de estar abiertas entre las del
propio rey y mandadas colocar por el monarca o por sus representantes
los Virreyes de la regi?n en las construcciones de caracter nacional, es
(3) De la Eucarist?a.