BOLETIN DE LA HEAL ACADEMIA GALLEGA !
to los almidonados pu?os de la! carn?sa. Puede imaginarse eu?l
seria nuestro asombro.
En una de , aquellas ocasiones : supimos, pues, de la admira
ci?n' que ?por Murguia tuvo ValleIncl?n. Y lo fue por boca . de
don Eugenio Carr? Aldao, a quien eon tanta ,justicia..se'`consa
gran las p?ginas de estevolumen de nuestro,Bolet?n para conme
morarel primer centenario, de su nacimiento. Don Eugenio, que
tuvo con Murgu?a amistad estrech?sima y .supo do tantas inti
m?dades del Patriarca, record() aquel medic) d?a cu?nta era . esa
admiraci?n de, que hablamos y cu?nto ' tambi?n el cari?o quo ;.
Valle?ncl?n sent?a por el que fue no s?lo amigo entra?able y
del que su padre hab?a sido colaborador, sino tambi?n por sus
prestigios de escritor, poeta e . historiador. Y a?n hubo de ,recor
dar a los presentes las frases que el ilustre autor de las "Sonatas'
dedic? a ?Murau?a cuando conoci? el inefable libro de ?ste "En
prosa", diciendo de su autor que fuera "el primer() y el mejor
quo, en la tradicional aridez de .la prosa castellana, hizo can
tar, para regalo de todos las l?ricas alondras".
A?os andando pudimos comprobar cuanta veracidad p?se?an
las palabras de don EugenioCarr? Aldao. La donaci?n que d
las cartas que.aMurgu?a dirigi? el padre de ValleIncl?n nos
hizo do?a Gala Murguia de Castro y la lectura de aquel juicio
lo confirmaban plenamente.
Esas cartas ?que poseemos con otras muchas que tambi?n
nos regal? do?a Gala y que tenemos en dep?sito en el Arcliivo de
la Academia? demuestran hasta qu? punto . se quer?an Murgu?a
y don Ram?n del ValleIncl?n, quo as? se llamaba tambi?n el
padre del esclarec?do arosano. La mayor?a de esas ep?stolas de
?ste dan cuenta de varios descubrimient?s prehist?ricos en la
comarca del Saln?s. Por su curiosidad y ipor lo que vienen a ilus
trarrros sobre cuales eran los afanes e inquietudes de aquellos
entusiastas hijos de Galicia pensamos publicarlas cualquier dia.
Ordenando en oc?si?n reciente los muchos papeles quo do
Murgu?a a?n guarda su hija, (limos eon dos tarjetas postales
que ValleIncl?n dirige a aqu?l. Son ellas afectuos?simas y reve
ladoras de que la amistad no se ha enfriado ; antes at contrario,
se rnantiene m?s viva que nunca. Una est? fechada en Cambados,
en 191i, poCO despu?s de comenzada la primera guerra mundial.
Fieles tamhi?n nosotros a una entra?able arnistad con don Jose