82 iolel(n de la 5lcademia Gallega
la base de nuestra nacionalidad y el principio de Espa?a grande, cono
cida y respetada entre las naciones entonces existentes. La historia no;
s?lo constituye la memoria de la humanidad, sino que es la maestra del
porvenir, y as? como as?, el transcurso de m?s 400 a?os no se puede
borrar con el efecto de una frase, aunque brote de labios tan respeta
bles como los del sabio que la produjo.
Rodrigo D?az de Vivar es la personificaci?n de toda una ?poca, y
en las tradiciones populares de Castilla, la memoria de sus hechos gu?r
dase como el recuerdo m?s bello, m?s noble y m?s glorioso. En este
personaje de la historia o de la leyenda, si se quiere as? decir, han en
carnado las tradiciones de su tiempo, venidas hasta nosotros como re
producci?n fotogr?fica, objetiva del alma popular de aquellas sombr?as
centurias de las cuales, a guisa de m?ltiples armon?as que del ?rgano
se escapan, brotan de un soplo, leyes de caballerosidad tan olvidadas
boy, como el cumplimiento de la f? jurada, la, sinceridad, la honradez,
la cortes?a, el respeto al honor de la mujer, veneraci?n del anciano y
tolerancia con el indefenso ni?o.
De esta hermosa leyenda de los tiempos caballerescos, surgen
como la cris?lida y agitan sus alas no hallando apenas donde plegar el
vuelo, tendencias y pensamientos de aquellos tiempos en que el amor
patrio tiene un altar en el coraz?n de cada ciudadano; se engrandece la
perseverancia y la rigidez . de car?cter; se celebra la consecuencia, se
rinde culto fervoroso a la amistad y se ennegrece la traici?n fraguada
en el pecho de los que no abrigan el noble sentimiento de la justicia.
La reputaci?n se estima como uno de los tesoros m?s preciados y la
caridad hospitalaria, como deber ineludible del honrado caballero.
Las tradiciones vuelan y los hechos t?rnanse m?s informes cada
d?a: inteligencias inconmensurables, esp?ritus sin l?mite, positivismo, c?l
culos, observaciones, protestas y lucubraciones, confundi?ndolo todo
en este movimiento continuo, evolutivo, se lanzan buscando norte en el.
lema que se ostenta con dorados. caracteres en la bandera de todas las
naciones.
Pero, el Jehov? Progreso, no se sabe todav?a donde tiene el Sina?,
ni cuando, ni a quienes ha de encargar la custodia de las tablas de la
nueva ley.
No se impacienten, sin embargo, los sabios defensores del moder.
nismo actual: ellos construyeron el molde en que libres galopan sus.
ideales, y es m?s que seguro, que a la simpat?a rec?proca de sentimien,
tos ha de ocurrir la solidaridad intelectual que nos lleve a la fraterni?
naci?n y simulada comunidad de intereses y a la conjunci?n de activi