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infant!' encanto, rememorando al rnismo tiempo las tradiciones y
las seculares creencias superticiosas de la cornparla, la estadea, el
trasno, el tangomango, e1 tardy), los nubeiros, los lronantes, las
meigas, el canouro y otra multitud de sexes sobrenaturaies c incor
p?rcos que pueblan en la obscuridad Ios bosqucs, los eampos, las
corrcdoiras, Ios aires y las mismas viviendas, como parte integrante
de nuestra fecunda mitolog?a popular.
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No son desconocidos en el Ribeiro los usos consuctudinarios,
entre los que pueden citarse las avinzas, las axudas, las soldadas,
el Iroque y las togas, por lo quo se reficre a servicios personales;
los fornos. los muf?os, los pizzas, las rcgas, las postas y las plazas
de ?rboles, por lo que ataile a necesidades de car?cter vccinal o
agricola, y el ceibo, los francos, los /ondales y otros varios, por
lo quc afecta a terrenos de ?ndole comunal; ni escasean tampoco
las cocas t?picas de las comarcas propiamente aldeanas, con sus
rueiros, sus h?rreos, sus cabacciros, sus cacharu/os o casoupas
cubiertas de colmo y provistas de palleiras y pendellos, como en
las alias montaitas que limitan el valle por su parte derecha.
Por lo quo a costumbrcs de diversa ?ndole se refiere, vienc ya
de muy antiguo en toda la comarca la aparceirfa en los ganados,
y especialmente en el vacuno al llegar la ?poca de la esfolla; son
corrientes los jornales a seco, a mantido y a mollado para el
iaborco de las villas; revisten car?cter legendario las lrasnadas quc
hace la juventud en la noite dc San Xoan, llevando a lugares m?s
o menos lejanos los ?t?les de Iabranza quo se guardan bajo los
alpendres; no faltaban hacc aun pocos ailos las botargas en el
enlroido, corriendo detr?s de la ch?quiller?a con vinchas infladas
do airc; sigue siendo considerado como un derecho el rabusco en
los vitledos despu?s de practicada la vendimia, y en los soulos
despu?s de hecha la sacuda y de vareados los ourizos; abunda el
cultivo de las villas a medias en e1 vino quo produzcan; no
escasean los arrendamientos a sabido, o sea mediante una renta
anual fija; y contin?an manteni?ndose en algunas aldeas las
guichadas, que se diferencian de las axudas en que ?stas son indivi
duales y a veces mutuas, y aqu?llas est?n constituidas por varios
labradores de un pueblo que en un dia dado trabajan gratis a
un cosechero, a cambio do to cual ?ste les da la comida, que por