ftoteiln de ta Academia 6attega S4S
que divide el valle bajo del Avia del valle alto de Avi?n,: proton
g?ndose por la sierra del Su?do y ramific?ndose hacia el Sur en
quebradas, outeiros, pendientes, buenzas, barrancadas y declives
producidos por la erosi?n, que van a morir en los llanos que for
man las vertientes o estribaciones de Pena Corneira.
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Con la geograf?a f?sica del Ribero de Avia armoniza y con
cuerda admirablemente la geograf?a humana, y, aun puede a?.a
dirse, la geograf?a cultural.
Las mismas gentes labradoras de la comarca denotan poseer
una ilustraci?n quie no suele ser com?n en los que se dedican ~a
los rudos trabajos de la tierra, demostrando en su trato un agudo
y chispeante ingenio y una urbanidad y distinci?n que contrastan
con su condici?n humilde. Hablan adem?s sin afectaci?n alguna,
con entonaci?n suave, dulce y extremadamente musical, como si
at hablar cantasen; y la franca y graciosa desenvoltura de su
conversaci?n rebosa una naturalidad y correcci?n que sorprenden,
de tat modo, que el idioma nativo en sus labios; limpio de las
impurezas con que .algunos escritores de ahora parecen empeflados
en desnaturalizarlo, adquiere todas las exoelencias de su armoniosa
flexibilidad y toda la prestancia de su dicci?n impecable, con la,
enorme variedad de los peculiares giros, locuciones, frases y mo
dismos en quo abunda y que denotan su inagotable riqueza
expresiva, idificilmente superada por ninguna otra lengua. .
Los ribere?os del Avia son de car?cter alegre, de innata jo
vialidad y de natural elegancia. Est?n constantemente influ?dos
por un ambiente de fuerte optimismo que les lleva a mostrarse
en todo momento dispuestos a la p?ndiga, a la pr?ngana y a la
troula; y as? las fiestas y romer?as se suaeden en lode el valle desde
In primavera hasta comienzos del otoilo, eon los obligados foliones,
las alegres trulladas, y las t?picas mui?eiras, entre las que sobresale
la llamativa ribeirana, en cuya ejecuci?n de complicados puntos,
hace la juventud gala de gallard?a y destreza, poniendo a prueba
la agilidad de sus piernas y el aire garboso de sus cuerpos.
Por eso son concurrid?simas y legendarias las fiestas de las
Areas, la Santa Cruz de San Clodio, el San Benito die Cu?as, el
San Antonio da Ponte, la ?Ponti?a? de Vieite, el San Pedro y la
Adorada de Leiro, la Santa Margarita de Ver?n, el San Bartolom?