so Dolelfn de la Real Academia Gallega
Fu? entonces cuando el Gobierno, de acuerdo con el Papa, pen
s? en trasladar la colegiata con sus rentas a la parroquial de
Ferrol; pero este proyecto, aunque sancionado por R. 0. de 30 de
Enero de 1788, no se llev? a la pr?ctica.
Caaveiro deca?a visiblemente. Desde entonces qued? de hecho
suprimida la colegiata, pues no volvi? a proveerse ninguna de sus
dignidades.
Prom?lgase luego la ley de 1841, en virtud de la cual, decla
rados sus bienes como del clero secular, son enajenados a particu
lares, dej?ndose el templo bajo la custodia de la Comisi?n de Mo=
numentos de la Coruna y asign?ndose la jurisdicci?n de la iglesia
al Arzobispo de Santiago.
El valor de las rentas de Caaveiro por aquel tiempo era bas
tante considerable. En el quinquenio de 1836 a 1840 ascendi? a
49.916 reales anuales. Y si a esto se a?ade lo que antes de la su
presi?n de los diezmos le correspond?a percibir en todas las parro
quias de la jurisdicci?n, se podr? formar una idea de las riquezas
de que disfrut? la c?lebre colegiata.
Ultimamente, en 1849, se la despoj? hasta de las reliquias que
pose?a de San Rosendo, para ser 7levadas a Santiago; y 'las im?ge
nes y campanas, fueron trasladadas a las pr?ximas iglesias de Ca
pela y Soaserra.
Las ?ltimas dignidades de Caaveiro fueron el prior Don Juan
Mon Valledor y dos can?nigos : Don Miguel Mon Valledor, sobrino
de aqu?l, y Don 'Miguel Freire de Fraga.
Viv?a el primero, ya muy anciano, por los a?os de 1782 a 86
en la residencia prioral de Caba?as, y los otros dos, en 1790, au,
sentes en ocasiones, el uno en Monfero y el otro en Soaserra.
No parece que prestasen servicios de consideraci?n a la cole
giata, cuya decadencia, por otra parte, deb?a abrumarles.
Falleci? el citado prior Don Juan Mon en el a?o de 1787, suce
di?ndole, como decano o subprior, sit sobrino Don Miguel, quo
dej? de existir en 1806.
Pertenec?a entonces Caaveiro a la catedral de Mondo?edo, y
?sta administraba los bienes y rentas de la colegiata, siendo a la
saz?n delegado del Obispo de aquella di?cesis para tal concepto el
can?nigo Doctor Don Francisco de Paula Serrano.
Cr?ese que las antiguas edificaciones componfanse de dos
iglesias, una de ellas destinada a colegiata, y de cinco o siete casas
de can?nigos.