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APor escrituras de donaci?n sabemos que, por lo menos desde
1118 a 1125, figura en dicho monasterio el obispo Don Pedro
Am?guiz y sus can?nigos (?Vobis episcopo donnus Petrus et cano
nici vestri? ).
u Desde antes del siglo xu aparece protegido por la importante
casa de Traba; en el a?o 1098 le hac?a una donaci?n Do?a Vis
clavara Fr?ilaz, hermana d?l conde (comite) de Caamouco Don Pe'
dro Fr?ilaz de Traba, que tambi?n suscribe el documento, y ambos
hijos de Don Froila Berm?dez, el fundador del monasterio de San
Pelayo de Jenrozo, cerca de Betanzos, y heredero del de San Mar
tin de Jubia, fundaci?n, al parecer, de sus antecesores; en 1104
Don Rodrigo Fr?ilaz, hermano tambi?n de Don Pedro, que con el
t?tulo de conde de Trastamara suscribe igualmente el documento, y
su mujer Do?a Guncina Gonz?lez, hac?an otra importante donaci?n
a esta colegiata; y la misma Do?a Guncina, a?os m?s tarde, en
1125, volvi? a hater otra importante donaci?n a los mismos can?ni
gos; y, por Ultimo, en el testamento otorgado en el a?o 1199 por
Do?a Urraca Fern?ndez, hija del c?lebre pr?cer gallego el conde
Don Fernando P?rez de Traba, figura una manda para este mo
nasterio, tan favorecido por esta nobil?sima casa.
?Menudean tambi?n en esta centuria las donaciones particu
lares, figurando entre ellas una de Lucio Guimaraz, en 1102; otra
de Flori?n Floriaz, en 1114, concedi?ndole el beneficio de San Giao
de Mugardos; otra de Eugenia Eufrez y sus hijos Adosinda y Ma
ria, en 1116, por la cual sabemos que en dicho alto eran abad y
prior, respectivamente, de Caaveiro Don Pedro (el que como obispo
figura en otros documentos) y Don Pelayo; otra de Sancho S?n
chez, en 1133, concedi?ndole dos casares en San Vicente de Caa
mouco; otra de Rodrigo Flor?n y su mujer, en 1147, otorg?ndole
el benficio de Mani?os; otra de Flori?n Guti?rrez concedi?ndole el
? beneficio de Santa Marla de Castro, y tantas otras de que, por el
momento, no se tiene noticia.
?En 1135, para que tampoco los reyes dejasen de favorecer a
esta colegiata, el emperador Don Alfonso y su mujer Do?a Beren
guela, grandes y decididos protectores de cuantos monasterios exis
tian por aquel entonces en Galicia, muchos de los cuales a ellos
deben la importancia que adquirieron, otorgaron ?en Palencia de
San Antonio, a 6 de Mayo de dicho a?o? una carta de donaci?n al
prior y can?nigos de Caaveiro, de la misma heredad en que se es
taba edificando y construyendo el monasterio, entre los r?os Eume