13? BOLET?N DE LA ACADEMIA GALLEGA
das m?s o menos curiosas y tambi?n esos recuerdos misteriosos de
encantamientos y de tesoros encerrados en sus cuevas, atribuidds
siempre por nuestros aldeanos ?a cousas dos mouros?. As? los de
Bar?n dicen que aqu?llos, al abandonar el castro, se desped?an
con estas sentidas palabras : Adi?s castro de Bar?n, Chao de Mo
relos, donde queda la vida de nuestros padres, nuestros abuelos y
nuestros tatarabuelos.
Chao de Murelos es lugar que se desconoce actualmente.,
Existe un sitio denominado Chao de Lagoela, al otro lado de Bar?n,
entre Bar?n y Villamayor, punto en que se dice hubo d?lmenes y
existen m?moas..
El inter?s arqueol?gico que este castro ofrece, bien merece que
las entidades que apoyan y patrocinan excavaciones, se preocupen
de fomentar en ?l y en los otros inmediatos del ayuntamiento de
Paradela, las que, sin duda podr?an suministrarnos elementos im
portantes para el mejor conocimiento de la cultura de nuestros
castros. M. V?ZQUEZ SEIJAS.
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LA TEOLOG?A EN LOS SEMINARIOS DE GALICIA
Durante el reinado de Carlos III se interes? el Consejo,, al
mismo tiempo que reorganizaba las Universidades y todos los de
m?s ramos de administraci?n y gobierno, de la creaci?n y perfec
cionamiento de Seminarios eclesi?sticos conforme a lo preceptuado
por el Concilio de Trento. En repetidas circulares recomend? a los
obispos que procurasen establecer en sus di?cesis centros de ins
trucci?n al cargo de cl?rigos ejemplares, para la educaci?n de la
juventud que aspiraba al sacerdocio, exhortando ?l mismo tiempo
a que se tomasen todas aquellas medidas que piden el esp?ritu de
la. Iglesia y el decoro del mismo Clero, acudiendo, si para ello era
preciso, al mismo Consejo, en el que encontrar?an' decidido apoyo
para llevar a efecto esta aspiraci?n (1).
(1) Cf. las reales ?rdenes de 23 de Diciembre de 1759, y 26 de
Abril y 5 de Mayo de 1766.