226 $olelin de la Real jlcademia ?allega
trando en esa correspondencia, entre otras, algunas interesantes no
ticias directamente relacionadas con estas comarcas m?s norte?as
de nuestra regi?n, preocup?me de tomar nota de aqu?llas, que,
aunque concisas, consider? de importancia; decidi?ndome ahora a
salvarlas del olvido, por lo que importar puedan al estudio de
nuestro pasado, al que por fin empieza a consagrarse especial
atenci?n, singularmente en orden a sus tiempos primitivos. He aqu?
la que me parece m?s curiosa:
COMARCA DE VIVERO
Una plancha de plata, un torques de oro, y dos empu?aduras
de espada (?) tambi?n de oro.
?Vivero 8 de Mayo de 1867... aqu? ?dice? tambi?n se ha
llaron, una gran plancha de plata, su peso 60 onza's, en forma de
fuente r?sticamente trabajada; una gola, al parecer de oro, de 14
onzas, y una lind?sima empu?adura del mismo metal, caprichosa
mente trabajada: La 1.a debajo de un muro viejo a la orilla de
este rio L androve ; la 2.a entre un juncal del mismo. r?o, y la 3.a
en un castro de la orilla del mar (m?s adelante ya veremos a que
castro se refiere); En punto;a esta?o tambi?n algo se puede decir.?
?Vivero'18 de Mayo de 1867... contesto sobre el adorno de
la empu?adur?;deoro, por la que V. me pregunta, hallada aqu? y
que ahora no existe... he preguntado a un exfarmac?utico de esta,
llamado D. Jos? Mu?iz, que la tuvo en sus manos y ha sido uno
de los eomparticipes de ella y habiendole manifestado la's tres cia
ses de dibujos que V. marca en la suya, se ha fijado en este (en la
carta dibuja una. especie de greca de espirales serpeantes a la ma
nera de postas, defectuosamente expresados). Otra ?a?ade? se ha
hallado tambi?n en la cima de un coto muy elevado... llamado el
Castelo, enterrada al pie de unas pe?as colosales... a las cuales va
la gente vulgar de estos campos en romer?a el d?a de San Martin...
Dicha empu?adura era de oro tambi?n, de labrado antiqu?simo;
tenia, adem?s, la hoja metida en vaina, pero convertida casi en
f6sil (querr?a sin duda significar una masa oxidada (formada por
ligioso de Galicia, en el que dedic? un Ap?nd?ce a Vivero (Pontevedra,
1854), habiendo fallecido repentinamente en las inmediaciones de su pue
blo natal, cuando al mismo retornaba a orear su esp?ritu, lo que frecuen
temente hac?a.