BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
Eladio Rodríguez González
En virtud de otro R. D. no podemos cobrar la subvención de las 500 pts. del Ayuntamiento. No se si las de la Diputación estarán en igual caso (Vaamonde Lores 1923c: 6XII).
En 1924 a situación parece boa, e incluso se fala do aforro que realizaban os anos anteriores.
El Directorio no nos trata mal. Nos mareó un poco, pero al fin nos da 5000 pts. y con esto le perdonamos todo. [...] Por el estado de fondos del Boletín, verá V. que figura una existencia de mas de 8.000 pts. Pero como no figura en el los gastos de impresión del Boletin, Diccion. &, desde hace mucho tiempo, que se deben, resulta que no tenemos nada después de pagado. El que figure siempre existencia, conviene para el prestigio de la Academia. Los fondos que V. puede recaudar, será conveniente que V. los retenga hasta que se los pidamos, porque el Directorio obliga a poner el dinero en circulación, y es conveniente esperar a los presupuestos nuevos de la Nación, a ver si nos respetan las 5.000 pts. Si nos las suprimen, podemos administrar libremente (Vaamonde Lores 1924a: 14I).
Non sabemos se a situación en 1928, momento do cesamento da publicación do DRAG, era distinta, xa que a información do Boletín non nos permite facer unha análise fiable da situación económica. Pero hai un dato importante no que cremos non se ten reparado: non ten moito sentido que se faga unha reimpresión do Boletín14 se non había diñeiro para sacar o Diccionario, proxecto primordial da Institución. Material debía haber abondo para continuar a obra, primeiro porque en 1911 rematou a recollida do mesmo, o que indica que non só se fixera ata a letra ?C? e segundo, porque cando sae o tomo 10 en 1917, xa se anuncia que hai preparados outros tantos:
en cuanto a que preparemos el cuaderno 10, tenemos el gusto de participarles, que tenemos completamente, absolutamente preparado, original tal vez para otros 18 ó 20 cuadernos más, depende todo de que haya dinero para imprimirlos (Neira Vilas 2000: 94).
Malia todas as ocupacións de César Vaamonde, parece improbable que nos dez anos seguintes non se realizase ningún traballo.
El Archivero tiene a su cargo el despacho de la oficina, de la Secretaría, Biblioteca, corrección de pruebas, redacción y confección intelectual y material del Diccionario (Neira Vilas 2000: 100).
Curiosamente, mentres que a elección de Ponte y Blanco, probablemente o candidato de Manuel Casás, director do Instituto de Estudios Gallegos, enfrontou ós membros
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