jolettn de la Real 5kcademia Gallega 49
?aldeanos dirigidos por cl?rigos y frailes?: (1) y contin?a m?s adelante
con estas frases, tambi?n de gran valor en boca de Jomini: ?La guerra
?en Espana ofreci? mil escenas semejantes de gran inter?s: todo el oro
?de M?jico no hubiese bastado para proporcionar algunas noticias los
~franceses, y las que recib?an eran lazos para hacerles caer con Inds fa
cilidad entre sus manos.? El escol?stic? ?Estratega? no nos dice las
causas del feroz proceder de los aldeanos de la provincia de Betanzos y
de todas las dem?s de Galicia. Por entonces Jomini, que a?n no hab?a
abandonado el servicio del Emperador, redactaba como jefe de Estado
Mayor del 6.0 cuerpo franc?s, los bandos y ?rdenes para el saqueo, in
cendio y exterminio de todas las aldeas inmediatas ? la Coruna. A parte
de lo que nos dice Jomini, hemos recogido hace ya algunos a?os, tradi
cionales referencias de valor indiscutible en las aldeas de Carres, Cesu=
ras, Mandayo, Trasanquelos, Dordof?a y otras en donde fueron sacrifi
cados los oficiales y soldados del Tren franc?s (2); pudimos reconstituir
los hechos y convencernos que hubo un plan con constancia y sigilosa
mente llevado ? cabo con la energ?a y ferocidad que el hecho revela y
una direcci?n firme y un un?nime deseo de fiera venganza para pasar
? cuchillo ? los 200 oficiales y soldados que constitu?an los dos escua
drones del 6.0 cuerpo imperial.
Lo que nos dice Mr. Jomini en su libro Estrategia, lo encontramos
comprobado en el parte del coronel gobernador de Betanzos, ? quien
se present? el cabo herido que pudo librarse del furor de los campesi
nos. El cabo ignoraba la suerte que les hubiera cabido ? los que esta
ban alojados en otras parroquias, pero aseguraba que hab?a visto pe
recer ? los que estaban con ?l.
(1) F?jese el lector que Jomini no cita ? Mesta ni ? la provincia de San
tiago, y sin embargo, de que las ?rdenes de castigo por este hecho est?n fir
madas por ?l como jefe de Estado Mayor.
(2) El ?,utor de este trabajo encontr?ndose en Octubre de 1870, en comi
si?n del servicio en el Ayuntamiento de Carres, oy? repetidas veces referir el
hecho ? dos personas de respetable condici?n y muy conocidas: D. Ramon de
Castro, magistrado jubilado, y D. Antonio de Coleira, propietario y alcalde que
hab?a sido de Carres. Estos se?ores, desde su infancia, hab?an oido siempre
contar ? los autores de aquel nuevb San Barthelemy, que, hartos de sufrir atro
pellos, robos y mil atentados de los jefes, oficiales y soldados fra nooses, los
aldeanos, puestos de acuerdo por medio de los mayordomos y cures de las al.?
deas, en una noche y ? una hora convenida, dieron muerte ? todos los oficiales
y tropa imperial, enterr?ndolos con el armamento y efectos, ya siendo de dial
en el interior de los frondosos pinares. Los caballos fueron en la misma noche
conducidos hacia Ribadavia y luego entregados al Marqu?s de 1a Romana en
la frontera lusitana. Dec?an que el Marqu?s no hack mfis que santiguarse
cuando le referian el hecho.