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las m?s indispensables para las necesidades de su escaso vecindario, que
antes de la segunda mitad del siglo xvill, no lleg? a exceder nunca de
los cuatrocientos habitantes que le calcul? M?ndez Silva, a mediados de
la precedente centuria (i), y que todav?a en 1752, dos a?os despu?s de
haberse dispuesto la continuaci?n de las obras del astillero de la Grana
en la ribera oriental del monte de Esteiro, estaba limitado, en la villa y
sus aldeas, a s?lo 310 vecinos, seg?n la contestaci?n oficial al Interro
gatorio para la formaci?n del catastro o estad?stica personal y de'rique
za que se levant? durante el Ministerio del famoso Marqu?s de la
Ensenada (2); se explica muy bien que el se?or?o de Ferrol, ?cuya
importancia toda estriba en sus privilegiadas condiciones de puerto mi
litar por excelencia, como lo adivin? la previsora sagacidad de Felipe II
y lo comprendieron perfectamente los c?lebres fundadores de la. Marina
militar de los Borbones, a quienes debi?, m?s tarde, su justa y universal
nombrad?a, haya tardado en excitar la avidez de los codiciosos se?o
res gallegos, siempre dispuestos a disputarse un pedazo de tierra, para
hacerse fuertes y pesar sobre la indefensa poblaci?n de los campos o
ry destrozarse m?tuamente en su asidua lucha' diaria de estado a estado, de
pueblo a pueblo, de familia a familia, que se prolong? hasta la aurora
de las emancipaciones modernas.
La transformaci?n operada en su tradicional modo de ser pol?tico
y administrativo, a consecuencia del privilegio de Enrique II de que
queda hecho m?rito, hiri?, como era consiguiente, las fibras m?s delica
das 'de los vecinos del primitivo Concejo de Ferrol, mucho menos 'que
aleccionados y dispuestos a soportar el peso del yugo se?orial, en pugna
con sus seculares costumbres y sus antiguos h?bitos de relativa indepen
dencia; y aun cuando, por el momento, el car?cter apacible y ben?volo,
al mismo tiempo que espl?ndido y fastuoso, de su primer se?or Fern?n
P?rez de Andrade, llamado o B?o (3), dulcific? los efectos del cambio
(1) M?ndez Silva, Poblaci?n de Espa?a, Madrid, 1645.
(2) Arch. mun. de Ferrol, leg. 36.
(3) 4...ten?a buenos quarenta Escuderos, estos eran de la tierra, trahfa conti
nuos treinta o veinte y cinco guando menos veinte, quarenta o cinquenta peones,
Muchos pajes y mozos de c?mara con todos los oficios que entonces podr?a tener
un Se?or: tra?a continuamente dos tres trompetas, toda la gente de su casa
com?an continuo Pan trigo da Praza y a qualquier Villa o Ciudad que llegaba
trah?an por refr?n: Cocer, panadeiras, que en la villa he Ferran Perez. Ten?a
cerca de cinco mil vasallos, y sobre tres mil dellos ejerc?a el derecho de soga y
? cuchillo.? Vasco de Aponte, Recuento de las casas antiguas del Reino de Galicia.