BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 27.
A tal punto lleg? el inter?s suscitado por los escritos de nuestro
insigne conterr?neo que, seg?n ?l mismo informa, en Sevilla hubo en
su tiempo cierto librero que para vender una obra sin ?xito apel?
al truco de no vender las obras del P. Feij?o si al propio tiempo no
seadquiriese la aludida tan poco afortunada; y :Feij?o protest? contra
tal habilidad y ofreci? enviar a dicha capital cuantos ejemplares se
necesitaran, .
CAP?TULO II
El P. Feij?o y sus impugnadores
De la vigorosa contienda que Feij?o sostiene contra todos los erro
') res comunes de su ?poca, que alcanzaban no s?lo a la masa popular
sino tambi?n a clases sociales que se consideraban de superior ? cultu
ra, surgi? uno de los per?odos de mayor intensidad intelectual que re
cuerda la historia de Espa?a. Dura y agria fu? la contienda, y las
? falanges de sus apasionados impugnadores se multiplicaron para in
terrumpir su obra y evitar que de su luminosa pluma brotasen los res
? plandores ahuyentadores de la oscura y tormentosa nube que cubr?a
tantos prejuicios.
la envidia dirig?an a su espl?ndida campa?a? Sab?a que era el tormen ?Pero qu? importaban .a Feij?o tales ataques que la ignorancia y ?
to reservado a los renovadores del pensamiento, y a Feij?o pudiera
aplicarse aquella frase de V?ctor Hugo, refiri?ndose a los enemigos de
Walter Scott: ?Preciso es que quien desagua pantanos se resigne a
' o?r la griter?a de las ranas?.
comunes hab?a de tropezar con dura oposici?n, por el arraigo que tie El P. Feij?o comprendi? que su aventura en contra de los errores
nen en las gentes las desviaciones de la verdad. As? dec?a en uno de
sus pr?logos: ?Lector m?o, seas quien fueres, no te espero muy pro
picio, porque siendo veros?mil que est?s preocupado de muchas de las
opiniones comunes que impugno, y no debiendo yo confiar tanto en mi
persuasiva, ni en tu docilidad, que pueda prometerme conquistar lue
go tu asenso, ?qu? suceder?a sino que firme en tus antiguos dict?me
nes, condenes como inicuas mis decisiones? ? Dijo bien el P. Mala
branch, que .aquellos autores que 'escriben para desterrar preocupa
ciones comunes no deben poner duda en que recibir? el p?blico con
desagrado sus libros. .
Dente de la Fuente, que tan interesantes referencias consigna en el jui El bi?grafo cr?tico de la obra de Feij?o, el docto escritor don Vi
cio publicado en la ?Biblioteca de Autores Espa?oles?, de Rivade
neyra, que inserta las Obrasescogidas del sabio benedictino, recuerda
la defensa del P. Isla en contra de los impugnadores de nuestro ilus
tre conterr?neo, haciendo objeto de rechifla al m?dico Aquenza y a
don Diego Torres. Honor fu? para Feij?o que el sucio don Diego To
rres se contase entre sus impugnadores. S?lo el desconocimiento de
las impugnaciones de Feij?o, y la irracionalidad, ignorancia, mal gusto