joletln de la Real Academia Gallega 69'
edificios hoy arruinados y deshabitados, de casas edificadas para em
picados y. obreros de la f?brica de alambres, que la industria moderna
llev? all?,, aprovechando el salto de agua y los restos del 'antiguo
monasterio. In?til parece advertir que de ?ste no qued?'nada, entre las
reformas hechas para instalar tal industria y los da?os que causara una
espantosa avenida, que destruy? la mayor parte del edificio, dejaron a
?ste reducido a la nada. Gracias que pudo salvarse la iglesia, merced a
no poder subsistir la fabricaci?n,"" pues de lo contrario, dadas las condi
ciones en que est? cimentada y la trepidaci?n ocasionada por la maqui
naria, se hubiera' derrumbado. Nad? queda hoy que recuerde el paso de
la, moderna industria m?s que algunos techos met?licos, chimeneas, tubo
de conducci?n de aguas, etc., que semejan aun cad?ver de la moderna.
civilizaci?n, protegido por la religi?n, y que se sostiene aun en pie por
hallarse apoyado en ?sta.
Dada la gran altura que tiene el punto donde se halla el monasterio,
se comprende cuan bella ser? la vista que se disfruta mirando a la parte
inferior de la monta?a en un d?a claro. Un extens?simo valle sembrado de
caser?os, aldeas, la villa cerc?na, bosques, prader?as, r?os y arroyos y por
marco lejanas y esfumadas monta?as, unido a la tranquilidad no interrum
pida Bin? por el ruido del torrente, hacen creer se halla uno transportado
a un mundo ideal.
Si alg?n aficionado a los estudios arqueol?gicos e hist?ricos atravie
sa por ante la iglesia de la Capela, nada detendr? su paso. A su vista se
presentar? al lado izquierdo del camino, aislada, hecha con la mayor rus
ticidad, una torrecilla que sostiene una campana. A la derecha y separa
da del camino por un muro que cierra el camposanto, una pobre y
humildfsima iglesia, que ni una cruz ostenta sobre su lisa y moderna fa
chada. Pero si la casualidad le lleva, salvando el muro de cierre, a ver
por su parte exterior el cuadrado ?bside, entonces, teniendo que agarrar
se a la maleza y a riesgo de que el ruido del agua le trastorne, y poder
caer al abismo que a sus pies se abre, dar? por bien empleado el tiempo
invertido en llegar all?. Una hermos?sima y muy antigua?cornisa (la pri
mitiva) de estilo puramente rom?nico, descansa o se apoya formando un
todo, sobre una serie de arquitos gemelos reentrantes, que terminan apo
y?ndose en peque??simas repisas; hall?ndose la especialidad de esta cita
da cornisa en que sobre la serie de arquitos y por abajo de la verdadera
cornisa, corre entre ambas construcciones de granito, una faja de ladrillos
labrados en su borde saliente a modo de dientes de sierra. Feliz combi
naci?n la del ladrillo, diferente por su color, con la piedra, bajo el punto
de vista est?tico; pero desgraciada en atenci?n a la duraci?n.' en :climas