LA COMUNIDAD PATRIMONIAL EN LA REGLA DE S. BENITO 31
y ?nicamente lo consideraremos en cuanto propiamente ata?e
al tema de esta glosa:
El sentido que en este punto asume la regla, consecuente
con su esencial finalidad, es negativo, de tajante prohibici?n:
"Nadie tenga cosa alguna propia..."; "...no tienen (los monjes)
dominio a?n en sus cuerpos, ni en sus voluntades"; "...nadie
diga ni se atreva a pronunciar: Esto o aquello es mio". Y el que
brantamiento de esta prohibici?n lleva aparejada la sanci?n:
"...sea primera, y segunda vez amonestado; si no se enmendare,
suj?tese al castigo".
Veda, en fin la regla mon?stica benedictina la tenencia y el
disfrute de bienes o cosas materiales como propias de los mon
jes. Formula la instauraci?n de la pobreza, y en el orden ju
r?dico entra?a la privaci?n de la capacidad de adquirir y poseer
bienes a t?tulo individual. Contribuye, en este aspecto, a la des
humanizaci?n del monje o, si se quiere, a la sacralizaci?n de las
cosas necesarias para su subsistencia. Constituye, en este orden
patrimonial, imitaci?n de la vida de Cristo, del que los Evange
lios nos ofrecen reiteradas declaraciones de renuncia a los bienes
materiales como medida de perfecci?n
2? El segundo de los aspectos enunciados, en el que concre
tamente nos interesa considerar las disposiciones de esta regla,
se refiere a su significaci?n jur?rica ?que apunta ya en el an
tecedente teol?gico expuesto?, en cuanto formulan interesantes
declaraciones relativas al derecho de propiedad, orient?ndolo en
un sentido de comunitarismo o, m?s propiamente, de titulari
dad dominical colectiva. Los pasajes en que estas declaraciones
Se condensan tienen ahora una significaci?n positiva: "Todas
las cosas sean comunes a todos". "Esperen recibir todo lo nece
sario del Padre del Monasterio".
Obs?rvese que tanto las declaraciones negativas como las po
sitivas de este ordenamiento patrimonial giran, ya desde la r?
brica del cap?tulo que las contiene, en torno al concepto pro
Piedad; y que el juicio de valor que en ellas se hace de este
derecho, es radical y reiteradamente peyorativo, pues no sola
mente le apellidan de "vicio", sino que, redundando en la
1,7?3 Cristo daba a los ap?stoles aquel consejo. "No llev?is con vosotros ni
(sni Plata, ni dinero en el cinto" (Mat. 10, 9). Y dec?a al hombre rico que se
lo 4 El: "Si quieres ser perfecto, vete, vende todo /o que tienes y d?selo a
"" res, Y tendr?s un tesoro en el Cielo; despu?s ven y s?gueme" (Mat. 19, 21).