162 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
10.0 No ignorar las obras de los principales heresiarcas o
fautores de nuevas religiones distintas de la nuestra, los m?s
aceptados como los m?s justos y veraces.
11.0 No considero extravagante ni peligroso en absoluto te
ner en una biblioteca (bajo la precauci?n de permiso de aquellos
a quienes corresponda) las obras de los m?s sabios y famosos
herejes.
12.0 Tambi?n debemos adoptar como m?xima el incluir to
dos los corpus o colecciones de diversos autores que escriben
sobre la misma materia.
Y a?n a?ade Naud? que no se deben olvidar obras como dic
cionarios, as? el de Ambrosio Calepino en seis idiomas, tan c?le
bre, y colecciones de sentencias y repertorios.
Previene el bibliotecario franc?s, que puso en circulaci?n el
t?rmino "bibliograf?a", contra los que estiman demasiado lo
antiguo, y cita a Horacio:
...laudator temporis acti,
Prasentis censor, castigatorque futuri.
Indica que no son aconsejables las obras de erudici?n indi
gesta, en apoyo de lo cual recuerda a Ovidio:
...rudis indigestaque moles,
Nec quicquam nisi pondus iners cong?staque eodem,
Non bene junctarum discordia semina rerum.
Y advierte que por el contrario en peque?os libros cabe mucho
saber. Cita a Virgilio adaptando lo que ?ste dice de las abejas:
Ingentes animos angusto in corpore versant (Georg. 4).
Estos criterios o puntos de vista son aproximadamente los
mismos de nuestro monje bibli?grafo, incluso el 6.0, pues para
?ste la controversia resulta positiva, y tambi?n los 10.0 y 11.0,
ya que con las debidas precauciones asimismo para Sarmiento
merecen conocerse las obras de los escritores de otras religiones
y las de herejes importantes. Aunque no parece que hubiese le?do
a Naud?.
Y nova et vetera es igualmente criterio de nuestro pol?grafo,
quien en cambio se inclina a considerar valiosas incluso las