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$olettn de la Real Academia Gailega 233
ceses que tantas desazones hab?an producido fuesen trasladados al
monasterio de Sobrado dos Monxes, ?donde susbsistan a cargo de
aquellos monjes, cuidando'?stos de.la seguridad de sus personas y
de alimentarles u . Y para Sobrado salieron a las dos de la tarde
del d?a siguiente, siendo custodiados p?r la tropa del castillo, man
dada por el Subteniente del regimiento de Sevilla, D. Rafael
Junquito.
Seguidamente fueron trasladados al castillo desde las casas
consistoriales, donde hac?a d?as que estaban detenidos, los s?bditos
franceses Gabriel Zen?n. Verrier y Bartolom? Prinze. Otro s?bdi'
to franc?s, M. Juan Francisco Wais, natural de Bayona, que ha
c?a m?s de doce anos que se hallaba prestando servicios en la casa
de comercio de D: Francisco Maria Amor, hab?a sido tambi?n
arrestado en el Ayuntamiento, poni?ndosele en libertad despu?s
de jurar que obedecer?a exactamente las ?rdenes de la Junta y que
no hablar?a, escribir?a ni har?a gesti?n alguna que se opusiese a la
soberan?a de Fernando VII.
Por aquellos mismos d?as fu? detenido el capit?n de artiller?a
D. Jos? Miranda, que lleg? a Ribadeo en un nav?o procedente de
Asturias. Sospech?se que era falso el pasaporte que present?, y
habi?ndose dado aviso de ello a la Junta del Principado, ?sta man
d? un oficial con soldados para que se hiciese cargo del detenido.
Poco tiempo despu?s (el 23 de Julio, a la una de la tarde):,
entraron en el puerto, obligados por vientos contrarios, los bergan
tines ingleses Oporto y Jacob, que hab?an salido de Portsmouth
para La Coruna, formando parte de un convoy de diecis?is velas.
Conduc?an 365 prisioneros espafioles y algunas cajas de fusiles y
municiones.
Los prisioneros desembarcaron en Ribadeo, autorizados por
los capitanes, que recelaban seguir a La Coruna, por saber que el
gobierno franc?s hab?a dado patentes de corso a varios buques,
cuya fuerza no podr?an superar el Oporto y el Jacob.
El d?a 25 entr? en el puerto otro buque del mismo convoy, la
fragata Aid, que conduc?a tambi?n prisioneros y armas. Los pri
sioneros ?que eran 316? hab?an encerrado en la c?mara a la
oficialidad del nav?o, y apagando las lutes para que no pudiese
darse cuenta de la maniobra un bergant?n de guerra que navegaba
cerca de la fragata, tomaron' el mando. de ?sta e hicieron rumbo
al puerto. Ya en ?l, llevaron mujeres abordo, vendieron los catres
y todo cuanto les fu? posible traer a tierra, y se entregaron a exce