BOLET?N DE ' LA REAL ACADEMIA GALLEGA 275
ro que adujimos? : ?As? mi persuasiva, de ninguna manera
es hija del arte, sino de la raz?n natural en cuanto ?sta me
representa con claridad las verdades que escribo, proponi?n
dome las razones que la persuaden y estas mismas razones,
puestas perspicuamente, me sirven para persuadirlas a otros? .
He querido abrir paso a este Discurso con los citados p?
rrafos en que el P. Feij?o expresa lo con ?l 'ocurrido respecto
a lo in?tiles que fu?ronle las normas o reglas de la Ret?rica
en su formaci?n literaria, para que se vea la poca importan
cia que luego, en la serie de ? sus estudios, da a asunto de tan
ta monta, y corno de? esta subjetiva inutilidad elev? segui
damente su criterio a la tesis objetiva de que debe prescin
dirse del estudio de las mismas, en vista de los resultados por
?l obtenidos sin necesidad de tal concurso. J?zguese, sino, por
estas palabras, con que razona su opini?n original?sima
?Puede asegurarse ?nos dice? no lleguen a?n a una ra
zonable median?a todos aquellos genios que se atan escrupu
losamente a reglas comunes. Yo convendr?a muy bien con los .
que se atan servilmente a las reglas, como no pretendiesen su
jetar todos los dem?s al mismo yugo. Ellos tienen justo mo
tivo para hacerlo. La falta de talento les obliga a esa servi
dumbre. Es menester numen, fantas?a, elevaci?n, para ase
gurarse el acierto, saliendo del camino trillado. Los hombres
de cort? genio son como los ni?os de la escuela, que si se
arrojan a escribir sin pauta, en borrones y garabatos desper
dician toda la tinta. Al contrario, los de esp?ritu sublime lo
gran los m?s felices rasgos cuando generosamente se des
prenden. de los comunes documentos. As? es bien que cada
uno se estreche o se alargue hasta aquel t?rmino que le. se
?al? el autor de la naturaleza. Qu?dese en la falda quien no
tiene fuerza para arribar a la cumbre, mas no pretenda ha
cer magisterio lo que es torpeza, ni acuse como ignorancia
del arte, lo que es valent?a del numen ? . (1) .
Ante declaraci?n semejante, lo primero de envidiar en el
P. Feij?o es, sin duda, la facilidad con que logra imponerse
en el ambiente literario sin previas molestias del estudio de
la Ret?rica, considerado como fundamental, para el caso, en
todos tiempos. No reza, pues, con lo que le haya rendido el
(1) partas; t. I, pp. 319320.