jol?t?n de t? Real' Academia Gallega 41
SI/CCI?N OFICIAL
N E C R O L O C I A
INEMENV
D. JOS? VILLAAMIL Y CASTRO
Dios mfo! cu?n s?guro es el fin, y cu?n imprevisto el momento!
Aun no hacia veinte d?as que nos habfamos despedido, cuando lleg? la
noticia de su muerte. Breve tiempo en verdad, y dolorosa noticia. Ni
?l pudo pensar entonces que la separaci?n era para siempre, ni nos
otros que estaba tan cerca. Nos dimos la mano como quienes esperan
verse pronto, y ya no puede ser en este mundo. ?Qui?n nos dirfa que
sus d?as estaban contados!
Cuando la triste nueva lleg? ? nosotros, la sorpresa fu? dolorosa,
levantando en nuestra alma tantas y tan dormidas memorias, y hacien
do que tomasen nueva vida, tan lejanos pensamientos, que en realidad,
fu? como si un mundo, pasado, olvidado, muerto, resucitase y viniese
? hablarnos de lo que ven?a ? ser ya, sombra de sombras y olvido de
olvidos.
De cuantos recordar?n en estos momentos al pobre muerto, pocos
ser?n los que podr?n decir como nosotros que ha m?s de cincuenta
a?os, que nos uni? estrechamente el amor que ambos sentfamos por el
estudio de las antig?edades de Galicia y cuanto con ellas se relacion?
ba. Al influjo de estos pensamientos se debi? entonces nuestra amistad
y santas predilecciones que en este punto abrigabamos. Ultimatnente,
cuando nos vimos para no volvernos ? ver m?s en este mundo, no nos t"
ocupamos de otra cosa que de recordar nuestros trabajos; lo que hab?a
mos hallado en nuestros comienzos y lo que dejabamos. Pero en lo que'
insistimos, fue en dolernos de que los documentos y frutos de investi
gaci?n ? costa de tantos trabajos realizados por entusiastas cultivadores
de las ciencias hist?ricas y sus auxiliares en Galicia, perecieran para
siempre, como vernos que sucede, tan pronto les falta el cuidado de los
que los habfan recogido.
Naci? el Sr. Villaamil, en Madrid, pero estaba enteramente unido
? Galicia por las gloriosas generaciones de sus antepasados. Gracias ?
esto, pas? su infancia y prirnera juventud en Mondo?edo en donde ra
dicaban los solares de sus ilustres apellidos, y ? cuyo suelo sagrado es