BOLETIN DE LA REAL? ACADEMIA GALLEGA 517
I, estando ? partiendo yo
di tal golpe con el hacha
que saltando una gran racha
el haeha 'se me escondi?
Como sin hacha me hall?
? : no te ?cause maravilla quit?ndome la ropilla
? por el 'agujero entr?
Anduve el hacha buscando
y no la pude atopar
cuando me' sent? tocar
de un hombre. a quien preguntando
per ella, dijo, bobear,
COmo puede haberla Jhallado
si dos mulas y un arado,
no he podido yo topar? (40)
. Exagerado es el cuento, pero nos atrevemos a opinar que, co
"nocedor Lope de Galicia de la leyenda negra sobre sus hombres,
tierras y' mujeres, quiso extremar la nota con iron?a, al mismo
tiempo que asombrar con el relato de esta fantasia que puso en
boca de Calambre.
De su abundancia nos habla el siguiente terceto:
y entre melones y habas,
ti se venden nabos gallegos
y berengenas socatas (4i).
lo q?e prueba que en el r mercado ya era articulo conocido y,
por la calidad y cantidad, era objeto de gran yenta.
El nabo le sirve para hacer juegos de palabras:
cautiv? cogiendo nabos
que era una batalla naval (42).
En otra referencia, lo personifica, al despedirse de Galicia,
el personaje Roberto:
(40) LOPE DE VEGA: Coin. esc., Santa Casilda, jorn. 2.0, p?gs. 57475,
n?mero 39, R. Acad. Esp., t. II, n.? 18.
'(41) LOPE DE VEGA : Al pasar el arroyo, Real Acad. Esp., t. 24.
(42) LOPE DE VEGA: Santa Casilda, Real Acad. Esp., t. 24.