3oletin de la Real,1cademia Gallega 391
tambi?n torques inspirados en el gusto del metal retorcido y del alam
bre enrollado, tales como los tres de la colecci?n Blanco Cicer?n (cuyos
gr?ficos trae Villaamil y Castro en las l?minas I y II de su repetida
monograf?a), el de Centrofia y el de Villadonga (ambos publicados en
este BOLET?N, n?meros 66 y 99); cuyos torques, con excepci?n del arg?n
teo, tienen su parte central desnuda del caracter?stico enroscado y
trenzado (1), y de ah? que diga el Sr. Villaamil, refiri?ndose a los ga
llegos, que el cretorcido de los torques no es esencial en ellos, sin?
meramente ornamental, accidental y de detalle? (p?gina 13). Pero, la
presencia en los mismos de este elemento ornamental, esencial de los
cl?sicos, considero yo que pueda contribuir poderosamente a calificar
los nuestros como tipos de transici?n; inclin?ndonos a creer que por
estas apartadas tierras debi? de operarse la evoluci?n en ellos de la
varilla lisa a la exornada con el alambre enroscado. Fund?ndome para
suponer este proceso de transformaci?n y no el contrario, en que los
torques portugueses de Almoster y Serrazes (procedentes de la regi?n
comprendida entre Tajo y Duero, o sea del territorio de aquella primi
tiva Lusitania, a que asimismo correspondi? en un prin?ipio Galicia),
que acusan en todos sus detalles t?cnicos y art?sticos un moldetipo
elemental del occidente ib?rico, constit?yelos tambi?n, conforme pode
mos observar en Portugalia, tomo II, fasc?culo 1, p?ginas 73 y 109, un
aro abierto en forma de creciente, o sea progresivamente adelgazada
hacia los extremos la varilla lisa, si bien a?n de secci?n circular, con
cierre independiente, afectando en suma la misma conformaci?n es
quem?tica que los gallegos de que vengo ocup?ndome. Y partiendo de
esta premisa, podemos conjeturar que los torques abiertos de varilla
lisa, deben de ser los m?s antiguos.
En fin, que el uso de los torques debi? de hallarse muy extendido
en Galicia, a juzgar no s?lo por los muchos que relativamente y por
pura casualidad han aparecido, sin? por la ya expresada circunstancia
de que las rudas estatuas de guerreros gallegos, que en Portugal se
conservan, aparecen todas ellas ostentando en el cuello el f?lgido tor
ques (2), aunque de factura cl?sica, a semejanza del galo moribundo de
la c?lebre estatua griega del Capitolio de Roma; porque, como muy
(r) Dice el Sr. Villaamil (p?gina rr) que en el hist?rico Kunsthistoriches Museuna, de
Viena, vi? en rgo6 dos torques (n?meros 266 y 267 de la sala xiv) que tienen tambi?n el centro
liso y los lados retorcidos. Y en la p?gina 13 expresa que ?uno de los tres torques hallados en
el Crucero de la Coru?a, como a dos kil?metros de Santiago, todos iguales al encontrado en
Mellid, y con id?nticas perillas, estaba retorcido y ten?a en su medio un ocho o lazo.?
(z) 'Historia de Galicia?, de Murgu?a (2.' edici?n), tomo I, p?gina 563.