jolettn de ta real /academia daltega 38
utilizaci?n monetaria primitiva, aparecen bajo las m?s diversas formas ?
de utensilios, como azadas, hachas, marmitas, anzuelos, cuchillos, diges,
brazaletes y anillos de todas dimensiones.
Mas esto, a mi entender, no puede significar rigurosamente que
fuesen fabricados con el exclusivo fin de servir de signos de cambio o
monetarios, porque no habr?a para que darles formas tan in?tilmente
complicadas. Lo que debi? de ocurrir, fu? que careci?ndose en tiempos
primitivos de moneda, se utilizaron como elementos de intercambio,
primeramente los ganados y luego los objetos de uso corriente para la
vida pr?ctica y las prendas suntuarias; por lo cual indica Mommsen
en su Histoire de la monnaie romaine (1), que el cobre y el bronce que
los hombres (cuando la agricultura hubo reemplazado a la vida n?ma
da) emplearon en fabricar sus instrumentos de trabajo, llegaron a ser
tambi?n un objeto de comercio y de cambio, y con mayor motivo
ocurrir?a esto trat?ndose del m?s preciado metal que sigue disfrutando
de la supremac?a universal.
Refiri?ndose a los torques de oro gallegos de las colecciones de
Blanco Cicer?n, Arteaga, Villaamil, Sampedro, Pidal y Mon, Museo
Arqueol?gico Nacional, Academia de la Historia, en n?mero de veinti
tantas piezas, que tuvo ocasi?n de estudiar directamente, duda, Oviedo
Arce en su citado trabajo que ?stos sean ?los torquescollares de que
hablan repetidamente los libros sagrados del Antiguo Testamento, ni
los de las estatuas del Cerro de los Santos que est?n en el Museo Ar
queol?gico Nacional, ni los de que habla Quintiliano entre los hispano
romanos, y San Agust?n y San Jer?nimo entre los cristianos de la an
tig?edad, y San Isidoro de Sevilla y San Beda, en la Edad Media, y los
grandes comentadores b?blicos del Renacimiento, los Calmet, los Cor
nelio Al?pide y el sapient?simo Villarroel en sus Tantolog?as. Los .pre
ciosos objetos que en estas p?ginas denominamos torques ?a?ade?,
s?lo pueden recibir este nombre en un sentido etimol?gico. Hist?rica
mente ?prosigue? no pudieron ser sin?, o adornos de las piernas de
los hombres, o de los brazos de hombres y mujeres; o signos de honor
de los guerreros, sentido no extra?o al concepto de los torques entre los
hebreos, y corriente entre los romanos, que ten?an sus Milites lorquati,
seg?n Livio y Vegecio, es decir soldados a quienes el general hab?a
condecorado, por sus haza?as, con torques de oro. ? (2).
Y Villaamil y Castro, por su parte, tambi?n dice que ?hasta dudo
(i) Nota extra?da del anterior trabajo 'del Sr. Villaamil: p?gina 16.
(2) ?Dos nuevos torques de oro?. BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA, a?o X,
n?mero pp.
?