28 joleltn de la Real ylcademia Gallega
que tan alto puesto ocupan en la cultura humana. Backer en su ?Biblio
theque des ecrivains de la Compagnie de Jesus?, atribuye a dos autores
el libro, uno el P. Pascual Fern?ndez y el otro P. Pascual S?gu?n,:y am
bos mejicanos. Sommervogel en la ?Bibliograf?a de la Compa??a de Je
s?s?, lo hace as?mismo mejicano y lo llama Pascual Fern?ndez: Segu?n,
dice, es seud?nimo. A ambos sedujo el ver impreso el libro en M?jico y
a ambos enga?? la poca exactitud y escaso conocimiento que tienen de
ordinario los extranjeros de las cosas de Espa?a .y sus provincias. Hay
tambi?n para ello otro motivo: no hay ning?n Pascual ni Pascasio Segu?n
en los registros de hijos de la Compa??a en Espa?a! Y Pascasio Segu?n
aparece por primera vez al imprimirse en M?jico este libro en 1750.
A los dos referidos escritores c?rrige justamente el P. Uriarte en su
libro ?Obras an?nimas y seud?nimas de Autores de la Compa??a de Je
.
do y probando la patria espa?ola y gallega, y la naturaleza oretisana del
escritor egregio de ?Galicia reino de Christo Sacramentado? y ambos
rectifica tambi?n el mismo libro de Segu?n, saturado desde su primera
l?nea a la ?ltima de un amor tan exhuberante a Galicia, cual ? no pudo
albergarse en un coraz?n que no fuera gallego, y si esto no bastara, ten
dr?amos para demostrar que llev? en sus venas sangre gallega, la suma
enorme de menudos conocimientos de esta tierra, cuales ostenta al con
tarnos, por ejemplo, en el primer, discurso las innumerables yeguadas
que pacen en los montes de la Limia (I) y otras much?simas particularida
des que a cada paso en ?l leemos y desconocer?a, como es claro, un es
critor extranjero. No, no pod?a un mejicano, no pod?a un hombre extra?o
a Galicia saber tales menudencias de nuestras cosas, sobre todo de las
que se refieren a Santiago y a nuestro Ap?stol (2); no pod?a en modo
alguno guardar en su pecho, pues no cabr?an en ?l, un amor tan grande
a Galicia y a sus glorias, ni ostentar tal entusiasmo por ellas. Y este cono
cimiento y este amor, persuaden a quien desapasionadamente lo consi
dera el nacimiento . en Galicia de nuestro P. Pascasio Segu?n. Leed sino
(1) . Vean los lectores el testimonio a que nos referimos:
?Y a la verdad, la multitud de caballos que hay en Galicia se puede admirar, a?n en estos
tiempos en muchas partes de ella, y principalmente en los amenos campos de la Limia que se
ven en la primavera cubiertos de tropas de yeguas, mulas y caballos.? Discurso t, n?m. 27. ?
(2) As? hablando de la gente que recibe la santa Comuni?n en la Catedral de Santiago
en los a?os de jubileo, escribe, que ?hay d?as en que se dan diez mil comuniones. En s?lo el
Colegio de la Compa??a de Jes?s es tanta la gente que comulga en dicho a?o, sobre todo a las
primeras misas entre cinco y seis de la ma?ana, que se atropellan unos a otros?. Y en otro
lugar: ?En un solo hospital de Santiago se reciben, dice el portugu?s M?ndez de Silva, do
cientos peregrinos juntos?. Y en otro (discurso vi, n?m. x) trae las l?mparas que arden ante
el ap?stol pagadas por reyes y potentados.