MANUEL MURGUÍA
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moderación do seu democratismo xuvenil e o reforzamento dos compoñentes protonacionalistas. En todo caso, as bases xerais da ideoloxía do Murguía maduro son no fundamental unha continuación das da etapa anterior e caracterízanse, polo tanto, pola a r t i c u l a c i ó n dunha visión liberal da historia e da sociedade ?agora moi temperada nas súas aplicacións políticas? cun historicismo metodolóxico e positivo, no que o ingrediente organicista ten un peso acrecido, especialmente no que atinxe á definición xeral de nación. Moitas son as ocasións en que Murguía rexeita as formas políticas periclitadas do a n c i e n r é g i m e e avoga pola modernidade en tódolos eidos. Malia a súa moderación relativa no político, fica moi viva a visión progresista no social (1880a):
Las poblaciones rurales con su trabajo, su dinero y su sangre sostienen las clases más elevadas de la nación...¡Ay de la ciudad el día en que los que la mantienen se liguen y se levanten contra ella! ¡Ay de Galicia ese día! Entonces gritarán los que desde su criminal indiferencia vieron sufrir a sus hermanos, entonces llorarán con lágrimas inútiles el estrago irremediable.
Ademais, cimenta claramente o seu rexionalismo nese liberalismo e proclama a compatibilidade deste co historicismo no rexionalismo (1899a):
El regionalismo, contra lo que sostienen sus adversarios, no acepta el absolutismo, ni predica la vuelta a lo que ya pasó para siempre jamás. Proclama muy alto que es por esencia régimen de libertad: el más grande y el más necesario. Está unido estrechamente a los principios liberales y en ellos se informa [...] Cierto que las regiones [...] toman de la vida anterior de que gozaron y las hicieron unas y distintas, el fundamento del derecho que les asiste á acentuar su personalidad real y viviente. Mas esto no equivale como algunos quieren, á una vuelta a la organización feudal con todas sus consecuencias; menos aun al régimen absoluto ó personal, que es su enemigo [...] Los regionalistas quieren conservar lo que es privativo de su pueblo o región, lo que está en su alma y su sangre, pero esto dentro de las libertades modernas, sin renegar de la civilización actual, de la cual derivan las doctrinas que sustentan. Si somos hijos de nuestra región, lo somos también de nuestro tiempo. La misma declaración de estos derechos es un acto de libertad.
Consecuente con esta postura, critica o II Reich alemán, ?el más temible de los Estados europeos?, por antiliberal e centralista (1889a, p. 26), rexeita calquera solución colectivista ó problema da terra, defende a propiedade privada e pensa que na súa xeneralización polo corpo social está a mellor solución ós