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cuatro o cinco a?os jubilares, la costumbre de cantarlas (i), debido, sin"
duda, a la manera de ser de nuestra ?poca y, sobre todo, a la falta de los
que lo hac?an; no carecer? de inter?s, seguramente, el conocimiento de
estas canciones, ?ltimos ecos de la acendrada piedad de nuestros mayores,
que en.todas las manifestaciones de la vida hac?an brillar su muy arrai
gada fe.
.
No he podido hallar noticia alguna respecto al tiempo en que co
menz? a usarse como tal la que hoy llamamos Puerta Santa. Esta puerta
es la ?nica que se conserva de las siete menores que daban acceso a la
Bas?lica, antes que reformas y adiciones llevadas a cabo en distintas ?po
cas inutilizasen las otras seis: llam?base de San Pelayo, porque por ella
entraban los monjes de Antealtares para celebrar los divinos oficios en
los altares de San Salvador, de San Pedro y de San. Juan, que les perte
nec?an.
En un peque?o folleto, titulado La Puerta Santa, publicado en 1874
por el presb?tero D. Vicente Tettamanci, dice este se?or respecto al caso:
?El llamarse Santa parece datar del siglo xv1, y es probable tornase esta
denominaci?n de las romanas, cuya instituci?n se debe al Papa Alejan
dro VI en el a?o 1500. Quiz? el Sr. Fonseca, que tanto se desvel? por
el bien de esta ciudad, fu? quien le di? este nombre y la destin? a este
objeto.
?Esta conjetura no carece de fundamento si se atiende al celo que
dicho Prelado despleg? por todas las cosas de esta ciudad y Bas?lica, y que
estando reciente el establecimiento de las de Roma, el cual f?cilmente
habr?a llegado a su noticia, ? querr?a, a imitaci?n de la capital del orbe,
tener aqu? la misma prerrogativa, tanto m?s cuanto que ejerci? el ponti
ficado;de esta iglesia desde el a?o 15o6 al 1524, en cuyo intervalo hubo
m?s de.un A?o Santo.?
En el siglo xvti, al cerrarse la cabecera del templo con el pesado
muro que corre desde la Torre del Reloj hasta la Corticela, se hizo la
(1) Los A?os Santos de 1875 y 588o aun cantaron los ciegos. El a?o 1885, Jubileo ex
traordinario por la declaraci?n de autenticidad de las Reliquias del Santo Ap?stol, y el de 1886,
de Jubileo ordinario, ya decay? notablemente la costumbre, por faltar algunos de los que com
pon?an el coro. El a?o 1897, mi inolvidable y docto amigo el Sr. Oviedo, con el celo y entu
siasmo en ?l caracter?sticos, procur? hacer revivir la tradici?n, pero s?lo pudo hallar una su
perviviente de todos aquellos cantores: ciega, vieja y enferma, no tuvo quien la secundase y,
as?, fracasaron los buenos deseos de mi amigo. En los A?os Santos de 59o9 y 1915 nada se
hizo; por lo tanto, ya s?lo queda el recuerdo de aquellos cantares en la memoria de los que
vamos siendo viejos.