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te, vicepresidente y secretario, recayeron, respectivamente, en do?a
Emilia Pardo Baz?n, D. Ram?n P?rez Costales y D. Salvador Golpe.
En esta sociedad ingresaron cuantos hombres de letras se ha
llaban en aquel tiempo avecindados en la Coruna, tomando activa
parte todos ellos en las tareas reglamentarias, y as?, su labor fu?
muy fecunda, vi?ndose publicados muchos de sus interesant?simos
trabajos en el Folklore Espanol.
Pere por fallecimiento de los m.?s caracterizados socios de la
Directiva y ausencia definitiva de otros, empez? a languidecer este
patri?tico Centro, llegando a1 extremo de encontrarse con dificul
tades hasta para poder reunirse y tomar acuerdos.
En esta dolorosa situaci?n, el 25 de. Febrero de 1894 celebr?
se junta entre los pocos individuos conque aun contaba, trat?ndose
en ella, si la sociedad deb?a disolverse o reorganizarse, .acord?ndo
se, en definitiva, que deb?a cambiar su nombre por el de Academia
Gallega y refundirse en ?sta, y que los fines principales del nuevo
organismo fuesen el fomento y cultivo de las ciencias, literatura y
arte de Galicia en sus m?ltiples manifestaciones.
Este acuerdo, inspirado en el mejor de los deseos a fin de que
la Coruna no llegase a verse privada de un importante centro de
cultura, no tuvo la menor eficacia. Nombr?se una Comisi?n ges,
tora compuesta de los se?ores ?cuyos nombres merecen recordar
se?, D. Ram?n P?rez Costales (presidente), D. Manuel Murgu?a,
D. Jos? P?rez Ballesteros, D. Victor L?pez Seoane, D. Andr?s
Martinez Salazar, D. Salvador Golpe, D, Manuel. Paz N?voa, don
Eduardo Pondal y D. Victorino Novo, todos residences en la capital
y eminentes hombres de letras. Esta Comisi?n tard? nueve meses
en constituirse, y tres m?s en celebrar sesi?n. En la de 17 de Fe
brero de 1895 discuti?se, y fu? aprobado, el Reglamento y di?se por
constituida la Academia Gallega. Pero luego, y antes de comenzar
a actuar, surgieron entre sus individuos tan sensibles divergencias
quo, no pudiendo ser vencidas, motivaron que la colectividad, na
cida bajo tan buenos auspicios, se extinguiese aceleradamente por
s? sola.
* *
Cuando ya parecia olvidada toda nueva tentativa de crear en
nuestra ciudad otro organismo con iguales o parecidos fines pie
los que acabamos de mencionar, surge en tierras lejanas, por la,