202 jolel?n de 'la Real ylcademia Gallega
DO? JOSE ,P?REZ BALLESTEROS
Hay hotnbres'cuya`?vida transcurre mansa y'tranquila, empe?ada de
continuo en los afanes del estudio;.hombres laboriosos y modestos, ajenos
a las contiendas mundanales paraquienes alumbra solitaria la l?mpara
del saber, sin apagarse; un solo. instante. Tejen su, vivir silencioso, mas
fecundo, rode?ndose cada d?a del creciente producto de su ciencia, sin es
tr?pitos populares,, sin resonancias transitorias; tranquilos, impert?rritos
en la prosecuci?n del camino se?alado. Estos hombres hacen pensar en
las calladas brisas que dulcemente conmueven la rama florida y expanden
por los aires los .vol?tiles g?rmenes del ?i?ndo:vegetal; . estos hombres
traen a la memoria las aguas :bienhechoras, que misteriosamente descien
den sobre los cainpos mudos, para fecundarlos y vestirlos de pompa y
bizarr?a.
As? fue P?rez Ballesteros. Desliz?se su existencia; suavemente entre
el estudio y la ense?anza, y al aportar al ocaso, alumbrado por la triple
aureola de la`bondad, el saber y una ancianidad gloriosa, deja' en pos de
, s? la envidiable estela del deber cumplido, los beneficios derramados y el
culto devoto a la patria, que ardi? perenne en su coraz?n. ,
Id?latra, en' efecto; de .Galicia; su tierra nativa, rindi?le sin cejar
los esfuerzos de su laboriosidad y ; los ' frutos ' olorosos de su talento y de
su ciencia, ya entonando apacibles cantares de seductora sencillez en la
dulce' lengua gallega, ya vertiendo' a ella monumentos inmortales del in
genioex?tico, ' ya penetrando en la entra?a misma del: pueblo . para sor
prender y fijar en ilustres colecciones sus dolores ` y sus alegr?as, sus an
sias y su experiencia; las . expansiones de la musa . festiva; sat?rica o
bullanguera; las quejas y recuerdos del alma campesina; las,' vagas a?o
ranzas 'y los suspiros de su sensibilidad exquisita; toda esa vol?til exuda
ci?n literaria, multiforme, palpitante, vagorosa, que fluye de sus labios,
eterna y musical, como el rumor de las fuentes cristalinas en la espesura
del robledal' sombr?o.
Por su inquebrantable actividad, por su fina critica y por su gusto
depurado, coloc?se P?rez Ballesteros a la cabeza de nuestros folkloristas,
labrando en m?ltiples escritos el pedestal de su justa fama y los s?lidos
fundamentos de nuestra gratitud y de nuestra veneraci?n, que continua
mente florecer?n ante su tumba.
ARMANDO COTARILO Y VALLEDOR. ?
?
?