3 oleitn ae la leal Academia dalleg? ,?r
br?jula, vali?ndose ?nicamente de las constelaciones del Norte y de las
marcaciones de la costa, y para unas embarcaciones con velamen de poco
juego, irremisiblemente les obligar?an a recalar en esta gran saliente, con
la que materialmente tropezaban en su derrota. El ilustre P. Fita afir
maba con su gran autoridad, comentando mi trabajo sobre Bururn, que
por las razones que acabo de apuntar, Bares deb?a de tener capital im
portancia en la geograf?a n?utica del mundo "antiguo.
En la estaci?n de verano, que era cuando los viejos navegantes ha
c?an las traves?as de cuidado (qui?n 'dice navegaci?n primitiva escribe
Berard?dice bella estaci?n,` desde mitad de la primavera a los '`comie?'
zos del oto?o; si se levantaba' el anda antes, de la primavera se pagaba
pronto esta locura), predominan por aqu? los vientos del primer cua
drante, y para que una peque?a nave de escasas condiciones marineras
en sus diversos elementos, se , dirija desde el noroeste de Espa?a a las
costas bretonas o inglesas, debe de barloventear hasta. la Estaca o, cuando
menos, hasta Ortegal, a fin de tomar desde estos promontorios el rumbo;
porque desde ellos se puede ir de la vuelta con los vientos del E. a N. E.,
ya que si bien a medio golfo acostumbra a llamarse al N. E. verdadero,
como quiera que la embarcaci?n encu?ntrase bastante a barlovento, puede
perfectamente recalar, ya que no sea en la costa del Finisterre franc?s,
en la del Cabo Lizard (sudoeste ingl?s). De esta manera se asegura una
navegaci?n que no podr?a efectuarse la mayor parte de las veces, en el
caso de que tratamos, partiendo directamente" de un punto de m?s al
oeste de Ortegal, puesto que se expon?an con el abatimiento del E. a N. E.,
propio del golfo, a desviarse de la derrota, no arribando ni siquiera a
Irlanda, y con mayor motivo si el viento se les llegaba hacer fuerte, en
cuyo caso corr?ase el enorme riesgo de no poder alcanzar en la derribada
ni siquiera el Finisterre gallego. FEDERICO MACI?EIRA. ?
(Continuar?.) .
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