Dolet n? de la leal ; Academia Gallega S
y dem?s recuerdos folkl?ricos, sin? que tambi?n la Arqueolog?a y la Et
.'nograf?a, con sus testimonios tangibles, nos hablan de los lazos que Unie
ron en remotas edades a los gallegos e irlandeses y de las antiqu?simas ?
relaciones n?uticas entre nosotros y ellos sostenidas; simbolizando esa
navegaci?n directa y perseverante entre las comarcas m?s : extremas del
mar Gallico, la coru?esa Torre de H?rcules, de muy viejo abolengo, a la
cual: aluden los antiguos bardos irlandeses, llam?ndole ?Tor Breog?n ?,
pues en. las primitivas memorias de ese pa?s insular y aun del nuestro,
sup?nese que desde el alt?simo faro se descubren en noches muy claras,
al suave fulgor de la luna, all? en la raya del horizonte, las costas de la
sagrada isla (i). Y, entre los ge?grafos antiguos que de esta milenaria
torre se ocuparon, sigui? prevaleciendo la idea de relaci?n del faro bri
gantino y las Islas Brit?nicas, tanto, que al mentarlo la Cosmograf?a de
Etico de Istria, del siglo iv, expone que en Galicia ?est? la ciudad de
Brigantio y el alt?simo faro que mira a Breta?a?, y que la parte m?s
saliente de Irlanda avanza sobre el Cant?brico y mira de lejos a Brigancia;
y nuestro gran historiador de la quinta centuria, Paulo Orosio, tambi?n
manifiesta que aun serv?a en su tiempo de gu?a luminosa a los navegan
, tes que procedentes de Britania demandaban los puertos de Espa?a.
Martins Sarmento, en su documentado estudio sobre la tan deba
tida Orae Maritimae, de Avienus, supone que esta grande y arriesgada.
traves?a en l?nea recta entre el inmediato Cabo de Ortegal y las costas.
del Canal de la Mancha, la m?s atrevida de aquellos tiempos en que se'
calificaba el Atl?ntico de mar tenebroso de extra?as leyendas, hall?base
alegorizada en el episodio de las Sirenas que nos refiere Homero en la
Odisea; siendo evidente que en el siglo xii de nuestra era aun perduraba
esta f?bula mitol?gica con respecto al Cant?brico, que nuestros cabos
mayores limitan por occidente, puesto,que, seg?n un documento ingl?s
del 1147, durante una gran tempestad que los asalt? en pleno golfo,
oyeron el'horrible canto de aqu?llas los caballeros de la segunda cruzada
que en una flota reunida en Dartmonth ven?an tambi?n directamente
para el norte de Espa?a, habiendo arribado al litoral asturiano. Y, las.
focas, que sup?nese dieron origen en la antig?edad al mito de las Sire
nas, aun se ve?an con frecuencia en las playas coru?esas en el siglo xvii,
conforme consigna la Memoria descriptiva del can?nigo D. Jer?nimo del
Hoyo, llam?ndoles ? hombres marinos?.
Las tradiciones y las leyendas brit?nicas nos hablan, pues, el?cuen
. (I) Seg?n Murgu?a, cuentan antiguas historias de Irlanda, . que desde la torre de
Breog?n contempl? el caudillo Ith, en una ma?ana de invierno, la tierra irlandesa, semejante
a una nube que flotaba en el horizonte. (Historia de Galicia, /I P. 497.);,