BOLET?N DE LA ACADEMIA GALLEGA 165
turco en la isla de Rodas, y quiso que fuese a esto su capit?n don
Fernando de Castro (1) con la gente que ten?a; pero el embaja ?
dor de Carlos I, que lo era D. Luis de C?rdova, duque de Sesa, le
dijo que no conven?a sacar en aquella ocasi?n los espa?oles de
Italia, por temerse que hab?a de venir el rey Francisco de Francia
sobre Lombard?a, como sucedi?; y que ya que los quer?a ocupar,
procurase ocupar la ciudad de Arimiro, que la ten?a ocupada Se
gismundo Malatesta. Pareci?le bien al Papa, y envi? contra ?l a
D. Fernando de Andrade, que en muy pocos d?as se apoder? de
ella y la puso en sujeci?n del pont?fice, el cual le di? luego al conde
el estado de Caserta con t?tulo de pr?ncipe y otras mercedes, pero
D. Fernando vendi? el estado y se, volvi? a Espa?a despu?s que
muri? Adriano.?
Este fallecimiento ocurri? en 1523.
IV
Don Fernando de Andrade, ferviente patriota y entusiasta de
fensor de los derechos de su amada Galicia, se distingui? sobre
manera en las Cortes celebradas en Santiago el ario 1520, recla
mando ante ellas, con ayuda del arzobispo D. Alonso de Fonseca
y el conde de Benavente, voz y asiento para los procuradores ga
llegos que el reino estaba dispuesto a nombrar.
Las Cortes mandadas convocar por Carlos I, a fin de obtener
subsidios con que marcharse a Alemania para coronarse empera
dor, se hallaban ya reunidas en el convento de San Francisco de
la ciudad compostelana. Decididos a vindicar el honor de Galicia
y a hacer valer sus derechos, no menos respetables que los de otras
ciudades peninsulares, irrumpieron resueltamente en el local des
tinado a las Corles los tres ya citados personajes, y encar?ndose
con el presidente y los procuradores que all? se hab?an reunido,
manifestaron : ?que bien sab?an como Galicia era reino s?lo de
de por s?, que hab?a tenido voz y voto en las antiguas Cortes de
? Castilla, y que de poco tiempo estaba sujeto a Zamora, con desdoro
y descr?dito de su grandeza; que por lo tanto requer?an a las Cor
tes admitiesen en su seno a los procuradores de Galicia, que estaba
pronta a nombrarlos y hacer lo que el rey mandase, para bien y
prosperidad del reino; protestando que si as? no se les otorgaba, se
(1) Debiera decir de Andrade.