38 Dolel?n de la Real Academia 6allega
lebrando las gracias, los rasgos de ?ngenio y las burlas que traen la risa
? todos los labios, as? como los encantos, y los misterios de la otra vida,
Henan de temor todos los corazones.
Esta vida espiritual que en otro s tiempos fu? poderosa y que a?n
hoy domina en el alma de las multitudes campesinas, tiene para el pre
sente una se?alada ventaja. No s?lo consuela de sus penas al que vive
en las durezas del diario trabajo, sin? que nos revela una vida anterior,
nos da f? de las creencias de otros tiempos y recuerdan las viejas tra
diciones de nuestra raza.
No es uno, son varios los rasgos que en el romance que damos ?
conocer nos habla de un pasado que ya nada puede resucitar. Por de
pronto, es un ejemplar de los machos y curiosos que hemos oido recitar
? las puertas de los principales santuarios de Galicia. Esta especie de
c?nticos espirituales, fueron numerosos, pero apenas si se c?nserva al
guno que otro, que como el de Dama Gelda, tiene el exceptional inte
r?s que haremos notar.
Ser?a excesivo decir que el pensamiento que encierra el romance
en cuesti?n, es presenter el triunfo de la inocencia y de la pureza sobre
el poder del infierno, y lo que para el caso era m?s pr?ctico, el hacer ?
San Andr?s protector del matrimonio. La verdad es, sin embargo, que
as? resulta. La mora Zulema, se haila en el jard?n de su palacio co
giendo azucenas, flor que en las creencias populares era s?mbolo del
candor, de la inocencia y la virginidad. Flor f?lica, tambi?n, unida ?
la idea de matrimonio. En dicho momento, es encantada Zulema por
la bruja (meiga) quien la lleva ? las cercan?as de Teixido, para que ?
su vez encante ? las doncellas que van ? la romer?a. A ella iban Saura
Rosa y Dama Gelda, nombre puramente gertn?nico que recuerda la
dama Holle, (Bolda Freya) y al propio tiempo nuestras damas blancas,
? hadas ben?ficas. La Gelda del romance se nos presenta dotada de las
mismas facultades que la Helda alemana, delatando en Galicia el origen
suevo de esta creaci?n popular. Al pasar por cerca de la zarza, (que
trae ? la memoria la zarza ardiendo de Mois?s), en que estaba encanta
da Zulema, siente Saura Rosa que no puede pasar, y grita. Dama Gel
da interviene como s?bia, y por lo tanto, dotada de un poder superior,
y comprendiendo que todo ello es obra de un encanto, traza un c?rculo
(el c?rculo m?gico), hace que Saura Rosa entre en el, y se entabla la lu
cha entre Gelda y la bruja ? qui?n conjura, orden?ndola que se presen
te en la cancela que para nuestro campesino est? poblada de almas y
en el caso presente comparte su importancia mitol?gica con la zarza.
Pres?ntase Aldonza (la bruja) y pretende no obedecer ? Gelda que