$olettn de la Real Academia Gallega 91.
rantes campos gallegos, y sinti? la necesidad de escribir y publicar los
hondos sentimientos que agitaban su alma, en ?n libro donde no s?lo
se reflejas?n en toda su pureza los ub?rrjmos paisaj?s de la tierra natal
y la vida entera de sue hermanos, si no que su envoltura y su alma
fuesen esencialmente gallegos y ?presa six alma de las profundas tris
?tezas de quien, sin tocar en sus veinticuatro af?os se cre?a ya con el
,pie en la sepultura, sospechando que ya no volver?a a ver de nuevo
'el cielo de la triste Compostela, bajo el cual la aguardaban, traz? con
?mano r?pida aquellos versos tan tristes y tan hermosos que llevan por
?glosa la canci?n popular m?s en consonancia con el estado de su es
?p?ritu, Adi?s r?os, adi?s fontes, que vieron la luz entonces en El Museo
? Universal* (1).
X
Desahogada ad su alma con esa composici?n, abandon? por com
pleto el culto de las musas, consagrada por entero a su hogar.
Las vivas instancias de su esposo, quo no quer?a ver privada a
Galicia de un gran genio, hicieron volver a Rosal?a al campo de las
letras, si bien con el firme prop?sito de no dar a la publicidad nada
de lo que escribiera (2).
Los sentidos e inspirados versos que en sus horas de melancol?a,
sal?an del santuario de su alma, en ?l volvfan a recogerse. Nadie fuera
del hogar los conoc?a. No sent?a ? el m?r pequefio entusiasmo, ni
?menos el amor que pudieran inspirarle las pobres hijas de su coraz?n
1 ?y de sus horas solitarias? (3). ?
Su esposo y sus amigos vencieron al fin su repugnancia a toda
exhibici?n y ar? rompi? nuestra Rosal?a con su ing?nita modestia.
Ella vencida por tan carif?osas instancias, dej?las ir con indife=
rencia, sin esperanzas y sin .amor propio y s? tan s?lo como desahogo
1 1 de sus penes y v?lvulas de sus dolores, y en labor admirable de re
constituci?n de la patria.
La impresi?n de Cantares (1863) puede decirse que casi fu? obli
(I) MURGUfA: Ob. cit., p?ginas 185 y 186.
1(2) , ?Cu?ntas pueden hallarse en este Ultimo caso! Decimos esto porque la modestia
peculiar de la mujer de nuestra raza, la hace que huya de todo aquello que parezca ostenta
1 ci?n. ?Cu?nto y cu?n bueno ha dejado por esta causa de honrar nuestro parnasillo regional!
1 En el seno de la confianza y de la amistad, temerosas?de exhibici?n, nos han sido
reveladas poetisas inspirad?simas, de coraz?n abierto a todo lo grande y bello, y que de no ser
1 cual pudorosas sensitivas, hubieran orlado nuestra literatura de m?s ricos y preciados florones,
iporque el alma de la gallega expresa como poeta lo que siente com o mujer.
(3) ? MURGUfe: Ob. cit., p?gina t80.
i
i
1